Mi nuevo cuidador

capitulo 20

Te amo

Te amo

Quisiera decir que no fue sincero ese te amo, pero a sido lo más sincero que he escuchado en los últimos días.

Aunque estaba un poco aturdida por su confección, me agarró desprevenida.

Tenías ganas de correr y golpearlo y luego besarlo porque realmente… yo también lo amo.

—Julia…

Una voz gruesa me saca de mis pensamientos.

—¿Puedes abrir la puerta?

Me concentré otra vez en mi realidad, en mi mano se encontraba la llave de mi casa. Así que me concentré en abrir la puerta de la casa, y  adentrarme en ella. Detrás de mí viene Derry.

—¡Mamá ya llegué!— Grité para que mi mamá me escuchará en la parte de arriba.

Derry, se detuvo en Medio de la sala observándome, estabas muy serio, cosa qué no es raro, Pero esa actitud conmigo es demasiada rara.

—¿Vamos a hablar?

Porque a mí.

—¿Quieres jugo?.— Necesitaba alejarme un poco de él, para poder organizar mi mente y no decir la primera estupidez que se me viniera a la cabeza.

El simplemente negó.

—Déjame ir a ver a mi mamá, ya regreso.

Subí rápidamente las escaleras.

—Mama, ¿qué estás haciendo?— Veo a mi mamá intentado caminar con las piernas enyesadas.

—Quiero agarrar ese frasco de pastillas.

Me acerque a ella y la acomodé en la cama, luego me dirigí a la peinadora dónde de encontraba las medicinas y de las di.

—No puedes hacer ese tipo de efuerzos físicos, si te caes y te golpeas la cabeza, te he dicho qué lo qué necesites puedes pedírmelo a mí.

—Es qué no quiero ser un estorbó…

—No eres ningún estorbo mamá.— Me dolía cada vez que ella decía eso.

—¿Visitaste a tú papá?.—Pregunto mientras se acomodaba la almohada.

—Si…

—¿Hay algo qué quieras decirme?.— Mi mamá me conoce muy bien.

—Si… Ví a Agustín.

Le conté a mi mamá todo lo que había sucedido con Agustín.

Ella se mostró algo sorprendida.

—¿Hablaron?¿qué te dijo?

—Dijo qué me ama.

El rostro de mi mamá es un poema, está realmente sorprendida.

—¡Julia!

La voz de Derry se escuchó en la habitación.

—Derry…¿ lo vió?

—Hasta escuchó cuando me lo dijo.

—¡Rayos!

—Ya regreso.

Salí de la habitación y baje las escaleras. Derry estaba sentado en el mueble mirándose las manos.

—Vi a mi mamá intentando caminar.— Comenté desde las escaleras.

Él se paro rápidamente del mueble y su atención fue dirigía hacía mi.

—¿Está bien? ¿Le pasó algo?—Pregunto preocupado.

Terminó de bajar las escaleras mientras habló.—No te preocupes, está bien… solo quería agarrar unas pastillas.

Su semblante cambió a uno más tranquilo.

—Entonces…. ¿De qué querías hablar?

—De lo que sucedió en el cementerio.

Tragué saliva.

—Eso no fue nada.— Aseguré.

Derry, me mira con mucha desconfianza.—¿Quién es él?.

Pasé la mano por mi cabello.—Nadie importante.

—Nadie importante.— Repitió.— Y estabas llorando…

Derry, me conoce bien.

—Solo estábamos hablando de mi papá…

—¡No mientas!.—Gruño.— No me mientas por favor.

—Derry…

—Cambiare la pregunta.— suspiró.—¿ Es él verdad? El muchacho qué tus papás habían contratado cuando ellos salieron de viajé.

Él sabía todo, solo quería mi honestidad.

Asentí

—Te ama.—Me recordó.

—Yo…yo no siento nada por él.

—No mientas.

—No lo hago…

—Tu también lo amas…

—Claro que no…

—Claro que si.— aseguró —¿Sabes cómo lo sé?

Negué.

—Por la forma en la qué te miró es la vista forma de como tú lo viste a él. Tú también lo amas.

Mis ojos comenzaron a arder, porque él tenía razón, amo a Agustín.

—No te voy a reclamar nada… no tengo derecho de hacerlo.— la voz se le quebró.— Yo siguire estando para ti, siempre lo estaré… Pero dame tiempo… solo hasta que ya no duela.

Las lágrimas salieron de mis ojos, no quería que se fuera, pero no le iba a pedir que se quedará, no lo volvería a hacer.

—Derry…

—Hasta pronto, Juliana. Te quiero, si necesitas algo mándame un mensaje.

Derry, se acercó hasta mí me abrazó, y luego se fue.

 Nota de la autora: Saludos, quiero agradecer por el apoyo que le han brindado a la historia, por esperar las actualizaciones por todo de verdad gracias.