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Arizona Slowt

–¡Ayuda, por favor! –Gritó desesperada por el pequeño agujero que me permite ver el exterior. –¡Por favor!

El monstruo salió y me dejó encadenada como si fuera un animal, no puedo caminar por toda la habitación porque la cadena es corta, pero me permite ver por el orificio todos los autos que pasan y unas dos casas lejanas. Debo estar a las afueras de la ciudad, deben venir a buscarme. Los autos que pasan me dan esperanza pero se desvanecen con la misma velocidad que pasan.

Mi voz se la lleva el viento.
Mi recuerdo desaparece.
Mi vida se escapa como arena entre las manos.

–Por favor... –Sollozó.

He recorrido lo que me permite la cadena. He sacado un clavo, un pedazo de vidrio junto con una botella, una vara de metal y los he escondido debajo del catre, con suerte, cada que él salga, podré zafar esa pequeña ventana con barrotes. Se necesita tiempo y no tengo tiempo, tengo muchísimo miedo. Tengo hambre, estoy enfermando. Él me da agua en botellas de plástico, están selladas y también me da mi medicamento, pero no me alimenta bien y ¿qué puedo esperar? Esta matándome poco a poco. ¿Cómo salgo de este lugar y regreso a casa con mi familia? Y es que, el corazón me duele de solo pensar en mi mamá, ella ha de estar destrozada, preguntándose seguramente si se equivoco en algo, ella no se equivocó en nada. No es su culpa que en este mundo hayan personas malas, no es su culpa que yo esté en la lista de personas desaparecidas.

Estoy triste y débil, es real cuando dicen que la vida puede cambiar en cuestión de segundos, es real cuando dicen qué hay que amar cada día como si fuera el último y yo siempre los ame, pero justo ahora no lo hago, justo ahora estoy asustada.

¿Qué será de mí? Las personas secuestradas no siempre regresan a casa con vida, él no quiere dinero, me quiere a mí. ¿Cómo le soy útil? Soy apenas una adolescente.

Recién acabo de cumplir dieciséis años, tengo toda una vida por delante, tengo sueños, objetivos y muchas motivaciones por las que debo luchar en esta vida. De pequeña siempre quise ser enfermera, ir a la universidad, sacar cursos extras de enfermería, ayudar a las personas mientras trabajo, ganar mi dinero y hacerme de mis cosas yo sola. La educación no es barata, por eso planeaba empezar a trabajar al cumplir los diecisiete, quizá paseando perros, cuidando niños, en algún restaurante de comida rápida, pero ganar mi dinero y ahorrar para pagarme mis cosas, no depender de mi mamá y mi tío. Me lo han dado todo en esta vida, lo menos que puedo hacer por ahora es hacerlos sentir orgullosos, pero ¿podré cumplir todo eso?

Me duele el alma de solo pensar que todo está en pausa y quizá se quede así, trato de ser optimista, pero ¿cómo rayos puedo serlo si estoy así? Encadenada y buscando objetos para defenderme de alguien que me tortura física y mentalmente.

Yo no quiero vivir si esto sigue así.

***

Jed Wint

Las sombras en mi habitación me juzgan, me quieren hacer daño, se acercan sigilosamente hacia mí y el corazón me quiere explotar.

Dicen que muchas veces tendremos que sacrificar algo o a alguien para poder obtener lo que queremos, jamás me imagine en esa posición hasta que perdí a mi hermana, la recupere, pero ¿a qué costó? Dándole la vida de Arizona Slowt a un maldito loco obsesionado con ella.

Vivo con una madre drogadicta en una casa pequeña para los tres, ella ni siquiera se inmutó cuando mi hermana desapareció por una semana, le pregunté por ella todos los días y no me hizo caso, muy ocupada trabajando para traer alimento al hogar y para comprar sus mierdas adictivas. Mi hermanita de solo nueve años, se la llevo ese monstruo y la tuvo por una semana, no le hizo daño, ella piensa que fue de vacaciones con un tío ¿cómo le explicó que fue un secuestró? Ella crecerá y me preguntará, ¿cómo le explico a mi hermana que casi la pierdo? Que casi se pierde ella misma.

Había conocido a Arizona a inicios de mes, recién había cumplido dieciséis años, yo soy mayor que ella por ocho meses. Nos conocimos en el parque, ambos corriendo para obtener un mejor rendimiento, yo porque entré al equipo de fútbol y ella porque eso la ayudaba a calmar la ansiedad. Nos hicimos cercanos rápidamente, intercambiamos números e íbamos juntos al parque o a comer, yo no le quise hacer daño nunca.

Era ella o mi hermana, yo mataría por mi hermana aunque quisiera mucho a Arizona. Mi hermana es mi prioridad.

Al pasar los días, me sentía perseguido, pensé que estaba alucinando hasta que no encontré a mi hermana y recibí una llamada. No pude llamar a la policía, no podía hacer nada.

"–Amy es una niña muy linda, ¿no lo crees? –Sonó al otro lado de la línea.

Amy, mi hermana.

–¿Dónde está? ¿Quién eres?

Se escucha una risa al otro lado.

–Soy la persona que decide si tu hermana vive o muere.

–¿Qué quieres?

–Arizona Slowt.

La confusión en mí era clara, ¿qué tenía que ver ella con esto? ¿Está detrás de todo esto? No, no puede ser así. Apenas nos conocemos y ella no tiene un ápice de maldad.

–¿Qué con ella? ¿Dónde está mi hermana? Te juro que llamaré a la policía si no me dices dónde está.

–Tranquilo, tu hermanita está bien. Justo estamos comiendo. –Suelta un suspiro. –Y lo que quiero no es tan complicado, aquí nadie llamará a la policía o tu hermana será violada entre cuatro perdón y tu mamita la drogadicta descuartizada.

El miedo se estaba apoderando de mí, así como la ansiedad. Las lágrimas caían y yo no sabía qué hacer.

–Dime que quieres y yo haré lo que pueda.

–Un intercambio, Amy por Arizona. Se que vas a correr con ella, solo necesito que la duermas y yo me la llevo, tu hermana te estará esperando en ese mismo parque.

Un intercambio. La vida de mi hermana por la vida de mi amiga.

–¿Cómo quieres qué haga eso?

Silencio.
Suspiro.
Una risa.

–Ahora presta mucha atención..."

No tenía opción, la vida de por sí ya es difícil, tenía que hacerlo. Mi hermana está bien, está a salvo con mis abuelos, pero ¿qué pasa con Arizona? Él se mostraba muy obsesionado con ella, la aleje de de familia y fui parte en arrebatarle la vida. No tenía opción, solo soy un adolescente que no sabe mucho de la vida, no es culpa mía.

Arizona ahora encabeza la lista de personas desaparecidas.
Ella puede convertirse en otro número olvidado de feminicidios.

"–Prometo buscarte."

Secuestrada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora