̨𔓕 Be a good boy ̨𔓕

𔘓 16 𔘓

Cuando levantó la bata con cuidado, se horrorizó, su corazón se arrugó y un nudo se formó en su garganta, haciendo que sus ojos se humedecieran.

Respiró profundo ante la terrible imagen, tenía que ser fuerte para el menor, pero era horrible.

El trasero del chico, estaba lleno de moretones, hematomas, y puntitos rojos que soltaron sangre en algún momento, con un fondo rojo vivo con tonos morados, como si apenas hubieran terminado de golpearlo.

—¿E-está muy... mal? —preguntó Nathaniel con la voz quebradiza.

No hubo respuesta.

—Nathaniel ¿Qué te hicieron?

—Me pegaron m-muy fuerte, y no se detenían, e-el chico tenía muchos anillos y uso m-mi regla de metal.

Salvajes.

Dante suspiró, caminó al armario de utensilios y sacó una crema, para después regresar a la par que abría el frasquito.

—Nath, esto está muy frío, voy a ponerlo y va a arder un poco, pero yo se que eres muy fuerte, y pasará rapidito ¿Sí?

El menor se limitó a asentir, soltando un par de lágrimas.

Dante tomó un poco de crema con sus dedos, y comenzó a untar un poquito en su nalguita derecha.

—¡A-ayy! auu, auuu D-dan... ¡DAN! —gritó haciendo que el corazón del mayor se rompiera en pedacitos.

—Bebé, discúlpame, se que te duele, pero tengo que ponerte la cremita para desinflamar, te ayudará con los hematomas y el dolor.

Le dolía ver al menor mordiendo la almohadilla y enterrando sus uñas en el colchón, intentando no gritar o quejarse.

Dante hizo lo mismo con su nalguita izquierda, que estaba igual o peor que la anterior y Nathaniel siguió soltando lágrimas y quejidos.

—Shh, ya pasó corazón, ya pasó —sobó esperando a que se calmara un poquito— Voy a dejar la batita levantada para que se te seque la cremita y para que la tela no te lastime, así vas a estar más fresquito ¿Sí corazón?

—B-Bien.

Ahora venía la parte difícil.

Dante tomó una silla y se sentó a su lado.

—Nath, necesito que hables conmigo, porque no se va a quedar así. Necesito que me expliques exactamente que pasó, desde el principio hasta el final, sin omitir nada.

—M-me dijeron que no podía, Dante.

—Nathaniel, pueden decir lo que les de la gana, pero tu vas primero, y créeme Nathaniel, te lo juro por mi vida, que no dejaré que esos estúpidos vuelvan a ponerte un dedo encima.

Nathaniel tomó valor y comenzó a contar todo lo que había pasado, desde la tarea, hasta sus últimos segundos en el baño.

—Desgraciados... —murmuró— Nathaniel, voy a llamar a la escuela, citaremos a los padres de los cinco chicos, y vamos a solucionar esto.

—D-Dante, tengo mucho miedo, no quiero volver.

—Vas a estar bien, Nath, vas a estar bien, pondremos una demanda, y vas a estar bien.

—Quiero desaparecer, todos lo vieron, toda la escuela lo vio, no quiero ir más, Dan, no quiero. —dijo entre llanto.

—Entonces no iras más, buscaremos otro colegio..

Nathaniel se quedó callado, le dolía saber que no había una forma de retroceder el tiempo. Escondió su cabeza en la almohadilla.

—Quiero quedarme aquí...no quiero ir, Dan. —dijo ahogado en llanto.