𝐒𝐭𝐞𝐫𝐞𝐨 𝐋𝐨𝐯𝐞 || 𝐑𝐨𝐛𝐛𝐲'𝐬 𝐯𝐞𝐫𝐬𝐢𝐨𝐧

•3•

𝐑𝐨𝐛𝐛𝐲

Me terminé mis tostadas para luego ir a vestirme.
Como le había dicho a Hannah, iría hasta su casa para luego ir al instituto.

Salí de mi casa y caminé hasta la de Hannah la cual no estaba especialmente lejos de la mía.
Cuando llegué toqué al timbre y esperé un poco hasta que ella abrió.

—Hola, de nuevo—dije sonriendo.

—Hola, ¿vamos?—preguntó a lo que yo asentí.

Comenzamos a caminar.
Pude ver como ella sacaba un cigarrillo y lo encendía, cosa que hizo que me entraran ganas de fumar también.

—¿Tienes más?—pregunté.

Asintió y me pasó uno junto con el encendedor.

Puse el cigarro entre mis labios para encenderlo, después le devolví el encendedor.

—Con esa ropa y fumando hasta pareces un chico malo—dijo divertida.

—¿Cómo debería tomarme eso?—cuestioné.

—Cómo algo bueno—respondió ella.

—Genial—dije con una sonrisa.

Continuamos caminando en silencio aunque podía sentir su mirada en mí cosa que de alguna manera me gustaba.

Cuando llegamos al instituto vi como ella apagaba su cigarro al igual que yo.
Después entramos encontrándonos con Trey y Cruz en la entrada.

—Mira Cruz, Fiona y Shrek vienen juntos, ¿habéis follado esta noche por fin?—preguntó Trey con intención de fastidiarnos como siempre.

—Vete a la mierda—espetó Hannah mirándolo mal.

—Relájate, después de esta clase hay descanso igual podéis echar un polvito rápido—siguió Cruz.

Dios mío, eran tan idiotas.

—Ya basta—dije mirándolos serio.

Ellos iban a decir algo más, pero el timbre sonó marcando el inicio de la clase.
Vi como Hannah se iba a ir también a su aula, la tomé del brazo deteniéndola.

—¿Me acompañas a por...?—pregunté.

—¿Ahora?—cuestionó confusa.

—Es cuando menos posibilidades hay de que nos pillen—respondí.

Ella asintió para después comenzar a seguirme.
Fuimos hasta el parque del instituto donde Zed estaba apoyado en su coche.

—¿Qué hay, Zed?—pregunté cuando llegamos a él.

—Robby, Hannah—saludó—. Ahora te doy la bolsa—me dijo antes de abrir el coche y rebuscar un poco.

Nos tendió dos bolsitas con las pastillas dentro.

—Una de regalo—dijo—, por conocidos.

—Gracias, Zed—agradeció Hannah—. Vendré a comprarte alguna vez

—Bien—dijo—, debo irme. Avisadme si dais una fiesta o algo.

—No lo dudaremos—aseguré antes de que Zed de marchara.

Caminamos hacia la entrada del instituto de nuevo.

—Quédate una bolsa, si quieres—le dije a Hannah mientras le extendía la bolsa para dársela.

—¿Qué hacen aquí? Deberían estar en clase ¿Eso son pastillas?—preguntó una profesora

Uy.

[...]