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𝐑𝐨𝐛𝐛𝐲

No estaba teniendo un buen día, mi madre entraría en un centro de rehabilitación y no podía dejar de pensar en ello, tampoco ne venía muy bien el tema de Hannah; era muy consciente de que le había hecho daño y eso me hacía sentir mal.

A pesar de todo eso decidí aceptar cuando Sam me propuso ir a una fiesta en casa de su amiga Moon.
Pensé que podría ayudarme a despejarme de mis problemas, sin dojos ni nada.

Bajamos del coche en cuanto Sam aparcó.

—¿Seguro que te apetece?—me preguntó Sam—. Con lo de tu madre igual te apetecía quedarte en casa.

—Me vendrá bien para despejarme—respondí mientras caminábamos.

—Cuánta gente—habló Demetri—. Solo me he traído un juego.

—Moon habrá invitado a más gente del instituto—supuso Sam antes de entrar a la casa.

Caminamos un poco hasta llegar a lo que parecía ser una sala.
Todo iba bien hasta que me di cuenta de quien estaba en el sofá.

Hannah era la que estaba ahí con el resto de personas de su nuevo dojo, pero solo me importaba ella.
En cuanto se dio cuenta de que yo estaba ahí borró su sonrisa.

Pensar que antes era yo quien hacía que sonriera y ahora soy la persona que le quita las sonrisas duele.

Desvió su mirada de mí a la vez que le daba un trago a lo que fuera que hubiera dentro de su vaso.

Enseguida llegó Moon disipando la tensión que había entre los dos dojos.

—Qué bien que ya hayáis llegado, los rollitos vaganos están apunto de salir del horno—informó.

—Moon, no dijiste que vendría Cobra Kai—le dijo Sam seria.

—Bueno, pensé que como ya se acaba el verano podríamos olvidarnos de nuestras diferencias y ser amigos todos—respondió Moon.

Era un lindo detalle por su parte, pero era obvio que no iba a funcionar.

—No te prometo nada—contestó Sam.

[...]

S

alimos afuera donde Tory competía contra a otro de chico de Cobra Kai.

—¡Y ganadora otra vez: Tory!—anunció Hannah sonriendo.

Miré como estaba al lado de la rubia con una mesa con botellas de alcohol y vasos a su otro lado.

Estaba preciosa y yo como idiota la había perdido.
Pero bueno, supongo que me merezco este sufrimiento.

La rubia bajó y se acercó a nosotros junto con Miguel.

—Mira quién está aquí—dijo Tory cunado llegó a nosotros—. ¿Quieres jugar o a ti te van más las fiestas de té, princesa?

—Dame un vaso—respondió Sam mientras que se cruzaba de brazos.

—Muy bien—contestó la rubia—. ¡A jugar!

Nos acercamos a las banquetas que había.

—¿Estás segura?—le pregunté a Sam.

—¿No me ves capaz de ganarle?—cuestionó ella mientras tomaba mi mano para ayudarse a subir.

—No es eso—respondí.

Observé como Hannah llenaba dos vasos y se los pasaba a las chicas.
Después ella tomó un vaso que había sobre la mesa y le dio un trago.

—¡Bebe! ¡Bebe! ¡Bebe!...—decía la gente allí presente.

Después de unos tragos vi como Sam se tambaleaba un poco mientras tomaba de su vaso mientras que Tory ya había terminado el suyo.

—¿Ya no puedes más?—preguntó la rubia, burlona.

Sam se tambaleo un poco más antes de beber su vaso entero para posteriormente tirarlo al suelo.

—¿Cómo lo llevas, LaRusso?—le preguntó Tory tras unos tragos más.

—Con ganas de seguir—respondió la ojiazul.

—Bien, pues va siendo hora de acelerar esto—dijo Hannah poniendo unos chupitos de vodka.

—Sam—le dije.

—Dámelo ya—dijo Sam, seria.

Hannah extendió su brazo dándome el pequeño vaso sin ninguna expresión presente en su rostro.

Nuestras manos rozaron cuando yo tomé el vaso haciendo que me dé un escalofrío al tocar su suave piel la cual, posiblemente, ya no podría volver a tocar.

Cuando salí de mi trance le di el vaso a Sam.

—¡Bebe! ¡Bebe! ¡Bebe!...—volvieron a exclamar todos los presentes.

Tory bebió su vaso completo con facilidad.

—¡Esa es mi rubia!—exclamó Hannah sonriendo.

Mierda, su sonrisa era preciosa. Bueno, siempre lo ha sido.

Desvié mi mirada de ella para mirar a Sam quien se tambaleaba bastante, pero hizo uno de esos métodos de concentración del señor LaRusso que le ayudó a estabilizarse.

Sam bebió su vaso y lo tiro al suelo.

Tory la miraba confusa.

—¡Tú puedes, Tory!—exclamó uno de los Cobras.

La rubia se distrajo cayendo así al suelo.

—¿Estás bien?—le preguntó Hannah.

—No aguantamos tanto, ¿eh?—dijo Sam burlona.

—¿Tory, estás bien?—le preguntó Miguel.

—Déjame, voy a limpiarme—respondió la rubia.

—Iré con ella—le dijo Hannah a Miguel para posteriormente desaparecer de allí.

[...]

Vi como Sam volvía a llenarse otro vaso por lo que decidí intervenir.

—¿Qué haces?—cuestioné.

—Tranquilo, estoy bien—respondió ella.

—No, ya no pareces tú. Se acabó la bebida—dije quitándole el vaso de las manos y tirando el contenido al fregadero que había frente a nosotros.

—¿No puedo divertirme? ¿Solo puedo patinar?—cuestionó—. ¿Eres mi novio o mi niñera?

—Te traeré algo de comer—informé.

Salí al patio exterior de nuevo cuando vi como Miyagis y Cobras se enfrentaban.

—No te metas traidor—le dijo ede tal Mitch a Chris.

Me acerqué con intención de defender a este último.

—Eh, no lo toques—me metí encarando a Mitch.

—¿O qué?—preguntó Hannah quedando frente a mí.

Que no tenga que pelear contra ella, por favor.

—Chicos, basta, somos amigos—dijo Moon.

—¡Esto huele a pelea!—anunció el mismo tipo que hizo que Tory cayera.

El sonido de una sirena de policía y unas luces rojas y azules hicieron que todos nos alarmaramos.
La gente comenzó a correr hacia las salidas.

—¡Demetri, te has salvado nos vemos en el instituto!—dijo Halcón mientras que Chris y yo deteníamos su paso.

—Vamos, ¿o quieres pasar la noche en la comisaría?—preguntó Hannah tirando de su brazo.

Finalmente consiguió llevárselo y yo fui en busca de Sam.

Feliz nochebuena🎄💕

24•12•2022

𝐒𝐭𝐞𝐫𝐞𝐨 𝐋𝐨𝐯𝐞 || 𝐑𝐨𝐛𝐛𝐲'𝐬 𝐯𝐞𝐫𝐬𝐢𝐨𝐧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora