the red shoes • larry stylinson

prefacio

Louis Tomlinson y Liam Payne son un par de chicos con polos totalmente opuestos, pero genuinamente similares al hablar de estupidez.

Por una parte, Liam es el matado de la clase que nunca se fumaría un cigarrillo; pero que al mismo tiempo, bromearía cruelmente sobre los demás, aunque terminara pidiendo disculpas.
Y Louis es el tipo que se preocupa porque al final de la semana se ha quedado sin un centavo para su cajetilla de tabacos, todo gracias a que su mejor amigo, Payne, decide hacer los proyectos de la escuela totalmente laboriosos.
De cualquier manera, el chico de ojos azules termina pagando hasta la última décima que le solicite con tal de mantenerse en el glorioso equipo de Payne. En resumen, Liam trabaja y Louis paga. Es un trabajo de equipo grandioso.

Al estar a punto de terminar las vacaciones de verano, la diversión de ambos comienza a terminarse. No hay chicos a los que molestar. Sus bromas ya están gastadas, y al no tener gastos que hacer, Tomlinson comienza a enloquecer con el dinero que se le va juntando con el paso de los días.
Y entonces encuentran una perfecta solución:

Apostando.

"—Entonces, iniciando el curso el taller que elegirás será danza. Ballet, para ser precisos.

Louis rio ante la propuesta del chico.

— ¿Y tirarme a la chica que me parezca más linda?

Liam asintió malicioso, y terminó agregando:

—Pero no es así de sencillo, Tommo. Cuentas con un mes para lograrlo.

—Es tiempo suficiente, hermano. Estás hablando con Louis Tomlinson.

—El heterosexual más gay que he conocido, sí, lo conozco.

Ambos rieron. ¿El premio?

—Si lo consigues, tendré que pagarte el doble del dinero que juntes a partir de ahora hasta el fin de la apuesta.

Y tomando en cuenta que los padres divorciados y enriquecidos de Louis le daban montos semanales bastante elevados...

—Genial, pero si yo gano, tendrás que hacer mis tareas el resto del año. Y no tendré que pagarte ni un centavo por ello."

Ambos aceptaron, Liam por diversión y Louis porque estaba seguro que ganaría.

Pero de lo que ambos se olvidaron es que en el taller no tendría que haber solo mujeres lindas necesariamente.
Ya que había también un majestuoso rizado de piernas moldeadas y ojos esmeralda que, quizá, pero solo quizá, se interpondría entre los planes ambiciosos de ambos.