capítulo VII

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—¿No te parece que ya deberías derribar esa barrera que construiste a tu alrededor?

—¿Y de que serviría, Allison?

Allison era una de las mejores amigas de Harry, la primera era Anne. Y luego de ellas dos, la única persona con la que podía contar era... Louis.

La chica tiene veinte años y trabaja en la misma guardería que el rizado, al principio tenía el cabello rubio pero ahora se lo ha teñido azulado. Es linda desde el punto de vista del chico, pero hasta ahí. Y le ha ayudado con sus problemas, sin embargo no puede convencerlo de dejar que Louis entre a su corazón.

—Louis es un buen chico, Harry. Tú mismo lo has dicho.

La chica recostó al último bebé que tenían al cuidado en la habitación para sus siestas y luego se volteó a enfrentar el verde esmeralda.

—No vale la pena.

—¿Disculpa? —arqueó una ceja mirándolo ofendida.

—Dejarlo entrar a mi vida, Allison. Louis Tomlinson sí que vale la pena, pero no en mi mundo.

Caminó hacia las cunas de los pequeños y observó detenidamente a cada uno de ellos. El chico soñaba con una familia desde los quince años, deseaba poder adoptar un par de niños que lo hicieran feliz eternamente, pero jamás se vio con la necesidad de enamorarse, no después de todo lo que había vivido. A pesar de ello le había pasado una vez con el moreno. Zayn lo dejó tan destrozado que únicamente lo ayudó a reforzar su creencia: El amor no estaba hecho para él.

Allison le había ayudado a reorganizar su vida bastante. Había tomado cuidado de su salud porque su enferma madre no tenía fuerza para hacerlo, le ayudaba con las tareas del colegio que no comprendía, a veces le daba de su comida cuando el dinero no le era suficiente e incluso ella había sido la que lo incitó a cambiarse al taller de ballet, cuando a escondidas lo vio bailando a escondidas en los salones de juegos de la guardería.

—¿Y por qué no? ¿Me dirás de nuevo que no es parte del plan?

—Es que es la verdad.

La chica bufó fastidiada. —Madura ya, Styles.

El chico la miró por un largo tiempo enojado, pero a ella no le asustaba la profundidad de su mirada, estaba tan acostumbrada a observarlo que incluso el que tenía miedo era él. Porque ella sabía siempre qué decir para hacerlo tomar la decisión correcta. Y ahora lo haría.

—Dime, Harry. ¿Desde qué edad has estado organizando ese estúpido "plan"?

—Desde que tenía quince.

La chica sonrió.

—¡Genial! ¿A qué edad comenzaste a salir con Zayn?

Harry se le quedó observando durante un momento. Y al entender hacia dónde quería llegar la azulada, bajó la mirada.

—Dieciséis.

—¿A qué edad diagnosticaron a tu madre?

—Dieciséis.

—¿Alguna de esas cosas formaba parte del plan?

Él comenzó a negar con la cabeza y se encaminó fuera de la habitación para poder dejar a los pequeños descansar. Al salir la chica detrás de él, cerró la puerta y ambos se dirigieron a la sala principal para tomar su descanso.

—Esta vez es diferente, Allison. Esta vez puedo evitarlo.

La chica se lanzó al sillón más grande y dejó salir un suspiro de enojo bastante evidente.

the red shoes • larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora