capítulo X

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Con el paso de los días Anne estaba cada vez más débil. El tiempo se le había agotado un par de días atrás, y Harry vivía aferrado a la esperanza de que pudiera sobrevivir al menos al finalizar esa semana.

Había pasado casi un mes desde que el curso escolar había dado inicio y su vida había cambiado de manera inesperada desde el primer momento. Con la llegada de Louis todo se había vuelto un remolino de sentimientos y cada vez sentía muchísimo más atracción por él. Y en parte odiaba aquello. Odiaba necesitarlo tanto. Se había vuelto dependiente de una persona que en cualquier momento podía hacerle daño. Y a pesar de ello con los días no hacía más que seguirle regalando su confianza.

Abrir sus sentimientos y haberle contado acerca de su pasado había sido no menos que solo el comienzo de la gran historia que formarían a largo plazo. De hecho, aquél paso había marcado el inicio a una historia diferente a la que habían querido llevar. Aquella promesa que Louis había hecho de cuidarlo siempre, con el tiempo se volvería inquebrantable.

-Cariño, él habla de ti como si fueras el que pone las estrellas en el cielo.

Entre los suspiros que soltaba Anne lo mejor que podía hacer era aconsejar a su pequeño rizado a buscar refugio en Louis cuando ella no estuviera más.

-Estoy asustado.

Era justo. No cualquiera puede abrir su corazón tan rápido a una persona con tantos secretos escondidos tras el iris de sus ojos. En este caso, azules. Harry sentía que lo más razonable era estar asustado de lo que poco a poco sentía por Louis.

Anne abrió espacio entre los edredones del colchón en el que yacía para que el chico abandonara el asqueroso sillón que había en la habitación. El rizado se dirigió hacia su lado y se recostó, dejándose llevar por el cálido aroma de su madre, cerrando los ojos al sentir sus manos jugar con sus rizos.

-Solo quiero lo mejor para ti, amor. Estoy segura que Louis es el correcto.

-¿No creías eso de Zayn?

La mujer rio irónicamente.

-Jamás. Zayn te quería mucho, amor. Tanto que no podría dejarte ir jamás. ¿Y sabes algo? Cuando se ama algo es justo dejarlo ir cuando sea necesario. Zayn te quería, Louis te ama. Él te dejaría ir.

-Entonces, ¿por qué siento que todo esto podría lastimarme más que cualquier cosa?

Los ojos del chico picaban al cargar con lágrimas que no quería dejar caer. Quería ser fuerte. Quería ser confidente de sí mismo. Quería ser valiente.

-Son los que más te aman los que pueden llevarte alto y destruirte en el siguiente instante.

La mujer seguía enredando sus manos sobre los suaves cabellos de su hijo. Podría pasar así los últimos momentos de su vida, sin importarle estar en un hospital, encerrada entre blancas y frías paredes sin vida. Ella simplemente quería llevarse a Harry como su principal y mejor recuerdo.

-Quiero lo mejor para ti. No me importa si es con él, o con otra persona. Yo quiero lo mejor para ti y quiero irme sabiendo que, a pesar de lo difíciles que sean las circunstancias, saldrás adelante.

Harry no podía decirle que no, no a ella.

-Quiero que hagas relucir esas zapatillas hasta el último día, cariño. Que lleves alto a tu persona y jamás te dejes caer por nada ni nadie. Yo misma he sido testigo de cómo te has levantado por ti mismo de tus peores momentos, y estoy segura que nada podrá derribarte. Sé que habrá momentos en los que querrás llorar y abandonar tu lucha, pero quiero que en esos momentos recuerdes que me he quedado aquí, para entregarte lo mejor de mí hasta mi último suspiro.

the red shoes • larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora