CAPÍTULO 9.

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El día está bastante caluroso en la ciudad de Chicago sin importar que estemos en primavera, el sol está radiante y gotas de sudor recorren la cara de los Chicaguenses, papá y yo hemos aprovechado para ir un rato a la playa y luego ir en busca de un regalo perfecto para Andrés, mañana es su cumpleaños número diecisiete y quiero que sea un día realmente especial, fuimos a almorzar en los edificios de Marina City, en la parte norte a orillas del Río Chicago, no la hemos pasado genial, luego de almorzar fuimos en busca del regalo, aún no sé que comprarle, el calor era intenso, no dejaba sentir mucho el aire acondicionado del carro, papá y yo decidimos ir con las ventanas abajo dejando que la brisa pegara en nuestros rostros, escuchar las olas del lago Michigan pegar contra las rocas en la costa era una melodía hermosa, creo que podría pasar todo un día sentada en la playa escuchando esto, es perfecto, papá ha decidido ir al centro comercial Old Orchard ya que nos queda algo cerca, creo que le compraré un par de camisetas con un par de gorras ya que le lucen bastante bien, es la primera vez que daré un regalo a un chico, no soy muy experta en estas cosas, espero que le guste, papá me ha obsequiado una linda pulsera, cree que no noté que compro dos, ha guardado la otra en su bolsillo rápidamente, sé que es para aquella mujer, espero que me la pueda presentar pronto, tanto misterio ya me tiene enfadada.

Al regresar a casa tome un baño de tina, me sentía agotada, el día de hoy hizo mucho calor, ya necesitaba esto, después de relajarme un poco, me tumbe en mi cama, la semana ha estado un poco dura en el instituto y no veía la hora por que llegara el fin de semana para descansar, él señor y la señora Williams han invitado a papá a cenar con ellos esta noche, Andrés y yo aprovecharemos que es sábado para divertirnos un poco e ir Chicago B.L.U.E.S. Bar, reír y disfrutar como pareja una hermosa noche en la ciudad del viento, las cosas con Kristina van mejor de lo que me pude llegar a imaginar en algún momento, el miércoles después de clases pasamos por la playa un rato, luego vinimos a casa y estuvimos viendo películas toda la tarde, reímos y lo disfrutamos, en la noche papá llegó con una pizza deliciosa y luego la llevo a su casa, aunque no vive muy lejos, solo a dos o tres manzanas, su relación con Thomas va muy bien, ha sabido manejarse cuando están discutiendo y todo ha mejorado entre ellos y los padres de Thomas, Andrés y él han cruzado una que otra palabra pero no dejan de sentir la rabia el uno por el otro, que tontería pero así es, papá me ha dicho que el lunes iremos a cenar en el restaurante Ralph Lauren, un restaurante muy elegante para una simple cena de padre e hija, ya ha hecho la reservación y espera con ansias este día, el atardecer empieza a hacerse notar en Chicago, la calor va disminuyendo mientras la luna toma su posición en el oscuro cielo de la noche, la hora de salir con Andrés se va acercando, organizo mi habitación un poco y tomo una ducha rápida, recojo mi cabello dejándolo un poco suelto, pongo unos pendientes brillantes y un vestido sencillo color verde agua, acompañado con una chaqueta beige para el frío, Andrés llega a casa a las ocho en punto, como siempre lo hace, se ve guapísimo esta noche, siempre lo está pero hoy se ve mucho más guapo, su sonrisa es perfecta y su mirada es brillante, me da un suave beso y subimos al coche -Que hermosa estás hoy-Dijo sonriendo sin mirarme fijamente, sus palabras hicieron que me sonrojara más de lo normal, Andrés sabe cómo tratarme y eso me encanta.

Llegamos a Chicago B.L.U.E.S. Bar dando las nueve de la noche, el tráfico estaba algo pesado esta noche, nos sentamos en una mesa frente a la tarima y el sonido de la guitarra era maravilloso, la noche marchaba perfecta en medio de risas, bromas y besos, éramos la pareja más joven del lugar, pero sin duda alguna la que más demostraba su amor, después de compartir un rato agradable en aquel bar decidimos ir en busca de unos hot dogs ya que el hambre nos estaba matando, me llevo a casa y papá aún no había llegado, me encontraba un poco cansada, Andrés quería compartir una película pero sabía que si lo hacíamos me quedaría dormida, quedamos en vernos el siguiente día, era obvio que nos íbamos a ver, era su cumpleaños y no me perdonaría que me perdiera este día, subí a mi habitación y puse mi chaqueta en el perchero, Kris estaba en la habitación de Thomas, estaban riendo y se veían tan bien juntos, Thomas tocaba su guitarra y cantaba para Kris, ella no podía con su cara de enamorada, encendí la luz lo que hizo que ellos notaran mi presencia...

Un lío de amor ©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora