Spooky Parade - Hyunlix.

Decoración.

DIA 6 🎃

—Solo mírala, paseándose como si fuera un pavo real albino. — refunfuño la mujer mientras apretaba sus manos contra la barra metálica del carrito de compras. — Me molesta tanto su actitud altanera.

—Ma... literalmente la señora Lee solo está existiendo en el mismo supermercado que tú. — el azabache rodo los ojos sabiendo lo que se le vendría ahora por contradecir a su madre.

—No la defiendas Hyunjin, sabes que hace todo lo que hace solo por sacarme de quicio. — dirigió su carro en dirección de la mujer mencionada. — Cree que este año volverá a ganarme en la competencia, pero se equivoca, he planeado muy bien mi estrategia este año.

—Claro que si...— susurro el muchacho mientras caminaba a regañadientes tras su progenitora.

—Hola Nayeon ¿Qué haces por aquí? — le hablo a la otra mujer tocando su hombro para llamar su atención.

—Pues... la compra de la semana. — contesto encogiéndose de hombros a la par que miraba el carro de la señora Hwang el cual estaba atiborrado de decoraciones para Halloween. — Y tu Irene ¿Qué haces por aquí?

—Es bastante obvio lo que hago. — apunto a su compra. — Me estoy preparando con antelación para que no hagas lo mismo que el año pasado, sacar adornos de la nada para que tu casa sea elegida la mejor decorada.

— ¿Sigues con eso? — la castaña resoplo cansada de que su vecina siguiera con el mismo asunto hace un año se había hecho una competencia por calles para premiar a la casa mejor decorada para Halloween y para Navidad, en ambas ocasiones había sido la familia Lee quien había ganado. — Además arrastras al pobre Hyunjin a tus tonterías, mujer.

— ¿Tonterías? Sabes muy bien que ese premio era mío. — aun le dolía haber perdido aquel fin de semana de vacaciones pagadas en Jeju para disfrutarlo en su aniversario número 25 con su esposo. — Hiciste trampa, yo lo sé.

—Solo decore mi casa el día antes, ser más rápida que tu fue mi único pecado, además, te dije que te podía dar el premio pero no quisiste.

—No quiero limosnas, el premio era mío y lo sabes. — acuso nuevamente. — Vamos Hyunjin, antes de que esta mujer escarbe entre nuestras cosas tratando de robar mis adornos.

—Adiós señora Lee. — se despidió cortésmente saliendo tras su madre.

— ¡Hyunjin!

—Ya voy. — hizo un pequeño trote para llegar hasta su madre.

—Pobre muchacho. — susurro Nayeon.

— ¿Quien? — su pequeño rayito de sol la había alcanzado en el supermercado para ayudarla con las bolsas. — ¿De quien hablas mamá?