Spooky Parade - Hyunlix.

Comunicación Espiritual.

DIA 27 🎃

Felix le tenía miedo a todo lo espiritual y cosas de terror porque sabía que todo aquello existía, sabía que el mal era algo que esperaba el momento adecuado para hacerse presente o que hubiera alguien lo suficientemente incrédulo como para abrirle la puerta y dejar pasar el infierno a la tierra.

Su abuela había sido médium en su juventud y una de las buenas, el pequeño pecoso siempre tuvo miedo de visitarla porque aunque no lo dijera podía ver a los seres con los que su abuela se comunicaba, nunca lo dijo y aunque muchas veces aquellos espíritus quisieron hacer contacto con él, él nunca se dejó poseer.

— ¿En casa de quien me dijiste que es la fiesta? — consulto mientras bajaba un poco la ventanilla del auto, se sentía medianamente sofocado.

—Un amigo del trabajo — respondió el azabache despegando sus ojos un segundos del camino para admirar a su novio — luces algo...

— ¿Tenso?

—Histérico, pero tenso también amor — rio por los calificativos mientras el pecoso le daba un golpecito en la pierna — No, pero enserio, luces raro.

—No es nada, solo... cosas sin importancia.

— ¿Tendría que ver con ese mal presentimiento tuyo que casi siempre resulta ser un mal augurio? — Se hizo a un lado del camino para poder estacionarse y hablar tranquilamente con el menor — por tu cara puedo adivinar que eso es.

—Sé que no me crees cuando digo que algo malo va a pasar y explicarte porque se esas cosas solo te haría correr lejos de mi sin ganas de volver a verme, pero créeme Hyunjin, cuando te digo que algo malo va a pasar... es porque va a pasar.

—Entonces explícame — tomo la barbilla del contrario para hacer contacto visual — Si te preocupa que vaya a terminar nuestra relación por lo que sea que me digas, entones puedes estar tranquilo, ya me enamoraste, estoy jodido ya no puedo dejarte.

—Suenas desilusionado por eso — bufo molesto — si no te gusta amarme entonces no lo hagas — hizo un puchero mientras se cruzaba de brazos.

—Originalmente me desharía de ese puchero besándote hasta dejarte sin aliento — confesó — Pero luces tan preocupado que en verdad quiero saber qué pasa.

—No digas que no te lo advertí — se giró en dirección del azabache y comenzó con su relato — cuando yo era pequeño mi abuela era una médium — el azabache asintió algo dudoso — de esas que se comunican con los muertos.

—Se lo que es amor — le sonrió y luego hizo un ademan con la mano pudiéndole continuar.

—Como comprenderás mi infancia estuvo llena de historias de terror contadas por mi abuela quien nos decía a mis hermanas y a mí las cosas que veía o las cosas que le contaban sus clientes, muchas veces yo... vi cosas en su casa, personas que no deberían estar allí, la temperatura descender de la nada y los constante susurros mientras dormía.

— ¿Cómo en las películas?

—Peor, yo solo era un niño y de pronto ver el fantasma de una persona calcinada no es nada grato — los ojos del azabache se abrieron enormes — eso solo es la parte "linda" de la historia, con el tiempo deje de ir a casa de mi abuela, ya sabes... adolescencia y todo eso y además quería dejar atrás el terror que me provocaba visitarla.

—Pero definitivamente no eran cosas que solo vieras en casa de tu abuela ¿no? — el pecoso negó — ¿ves cosas o...

—No es siempre, pero a veces los veo, en otras ocasiones los escucho — suspiro cansado — Por eso cuando te digo que algo malo esta por pasar, luego pasa.

— ¿Te lo advierten antes de que pase?

—Algo así... mi abuela siempre ha sido una mujer que cuida de su familia y siempre pide a los ancestros que cuiden de nosotros, el problema es que... yo los veo cuidarme y también los escucho. — Sonaba apenado — Soy raro ¿no?

—Lo eres, pero no porque veas o escuches espíritus — un escalofrío se coló por su cuerpo — bueno... da un poco de miedo, no te puedo mentir, pero no voy a dejarte por eso.

— ¿No? — Aquel puchero volvió ganándose esta vez un beso del azabache — ¿no crees que sería mejor volver y ver una película en casa?

— ¿Algo malo esta por pasar?

—No, es solo que no tengo ganas de fiesta, solo acurrucarme contigo en la cama mientras vemos una película.

—Querrás decir mientras te acuestas sobre mí restregándote mientras yo intento ver la película, pero tú no me dejas ni pensar — volvió a poner en marcha el auto mientras el pecoso le sonreía satisfecho — Bien, volvamos.

El camino de regreso fue tranquilo a pesar de que Hyunjin no pudiera dejar de pensar en lo que Felix le había confesado y en las muchas veces que por "presentimiento" lo había salvado de desgracias o accidentes, sabia también que debía darle una excusa a su compañero de trabajo por no asistir a su fiesta pero ya lo haría al otro día.

Cuando llegaron a casa Felix subió rápidamente las escaleras diciendo que necesitaba el baño urgente, el azabache se dedicó a pedir algo de comida en su aplicación favorita y mientras acomodaba los platos y utensilios para cenar encendió el televisor para buscar algo interesante para ver.

"Hace unos veinte minutos entre el barrio Sinchon ha ocurrido una desgracia. Un hombre armado irrumpió en varios domicilios acabando con la vida de decenas de personas y para luego quitarse la vida, estaremos actualizando la información"

—...— los pasos de Felix se sintieron por la escalera mientras el azabache giraba su rostro para verlo totalmente desencajado — Lo sabias ¿no?

—Yo... — busco como excusarse — Si, mientras hablábamos en el auto comencé ver muchas personas con heridas de bala por todo el cuerpo, entonces supe que algo estaba pasando — sus ojos se llenaron de lágrimas — lo siento, Hyunjin, no quería asustarte pero debía hacer que saliéramos de allí.

—No te sientas culpable, amor — se desplazó hasta el tomando sus manos y después besando su rostro tratando de eliminar sus lágrimas — te debo mi vida, la de ambos... pero por favor, comparte las cosas conmigo, sé que puede ser aterrador pero somos una pareja, yo te amo, sea como sea yo te amo y si necesitas compartir estas cosas conmigo solo hazlo, yo veré como lidio con ello.

—Gracias, Hyunjinnie.

—No hay nada que agradecer amor, oye... los espíritus podrían decirte los números de la lotería ¿no?

—Así no funciona — nuevamente un puchero — nos mantienen con vida, creo que deberíamos estar más que agradecidos por ello.

—Claro que lo estamos.

Fin.