SERENDIPIA [TOMMY SHELBY]

3

A Kate le habían asignado la habitación de Ada y como respuesta Polly había insistido en dormir con Finn, no estaba muy contenta con la decisión de Tommy de dejar a esa mujer dormir en la casa familiar, sobre todo cuando el menor de los hermanos estaba allí.

Kate sabía que no podría dormir esa noche, de hecho no estaba segura de cuándo podría dormir en paz de nuevo. Recordaba la voz de Madame B diciéndole que no tenía un lugar en el mundo, entonces creía sus palabras pero nunca las había sentido tan profundamente como en ese instante. Después de la muerte de su abuela volvió a estar sola en el mundo, sin embargo, nunca había sentido tanta soledad como en ese momento, en 1921.

Empezó a pensar qué es lo que estaría pasando en su tiempo. Müller y la UNR la estarían buscando aún con la idea de que había desaparecido con los planos en su poder. La CIA también estaría intentando seguir su rastro, si es que había un rastro, tal vez incluso la dieran por muerta. Si era sincera eso era lo que más le molestaba, que la declararan muerta, como si unos aficionados como la UNR pudieran con ella, una Viuda Negra que había sido creada para ser una asesina perfecta.

Al otro lado del pasillo, Tommy tampoco conciliaba el sueño, sus planes iniciales de emborracharse hasta perder el conocimiento habían desaparecido en el momento que aceptó a una desconocida dentro de la casa familiar. Sus manos hormigueaban con la tentación de usar el opio que sabía que aún estaba en el cajón de su mesita de noche, lo único que lo ayudaba a resistirse era la ausencia de los sonidos de guerra, porque todo lo que tenía en mente eran las palabras de su tía cuando por fin se quedaron a solas.

- ¿Sabes lo que significa, verdad? Por eso me has dicho lo del sueño. - esas habían sido las primeras palabras de Pol después de que Katherine se quedara sola en la habitación de Ada para cambiarse con ropa seca.

- Son solo historias gitanas, Pol. - respondió Tommy quitándole importancia, su tía siempre había sido una fiel defensora de la magia de sus antepasados, él no era tan creyente.

Polly lo regañó con la mirada ante la falta de respeto a la herencia y magia que sus antepasados les habían cedido. Culpaba al padre de los Shelby por apartarlos de sus raíces, por mucho que se había esforzado en inculcárselas mientras crecían seguían siendo escépticos, aunque no renegaran de lo que eran.

- Puedes repetirte eso todo lo que quieras, pero tú y yo sabemos que en el fondo sabes que tengo razón. - el dedo indice de Polly lo señalaba igual que había hecho tantas veces cuando era un niño y había hecho una travesura. - ¡Ah! Y Tommy... te dije que vendrían otras, solo ten cuidado.

Tommy quería negarlo pero su tía ya estaba saliendo de la cocina, no importándole su respuesta. Podía admitir que sentía algo por Katherine, curiosidad, eso era todo, pero era algo normal dadas las circunstancias.

Sin poder evitarlo Tommy empezó a pensar en Grace, nunca una mujer había conseguido engañarlo hasta tal punto que se había sentido indefenso y todo había empezado cuando hizo desaparecer las palas contra la pared. El problema vino cuando se fue y de pronto los terrores nocturnos volvieron con mas fuerza que nunca y su única cura estaba a un océano de distancia.