SERENDIPIA [TOMMY SHELBY]

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TW.: violencia

Mientras tanto, esa misma noche en Londres, los hermanos Shelby mayores entraban al pub de los que pronto serían sus enemigos declarados como si fueran los dueños. El ambiente era muy distinto al que había en el Garrison, donde los hombres iban a emborracharse hasta olvidar, en Londres la gente salía para hacer precisamente lo contrario, crear nuevos recuerdos teñidos por la deshinibición que solo el alcohol permitía.

Hombres y mujeres bailaban, fumaban, bebían y se drogaban perdiendo toda la compostura que se les exigía el resto del tiempo en sus encuentros de sociedad. La música que sonaba era la que estaba de moda en la capital, un sonido al que los Shelby no estaban acostumbrados pero solo Arthur expresó su disgusto por ella, ya que John estaba disfrutando el panorama y Tommy sabía que tenía que mantener la cabeza fría para evitar que sus hermanos metieran la pata, dejándose llevar por su entusiasmo.

- No me jodas... ¡Hay caras conocidas por aquí! - exclamó John mirando en una dirección en concreto, señalando con la cabeza a sus hermanos a quienes se refería.

- Esos son los primos de los Sabini. - rebeló Arthur que pudo ver en la cara de su hermano que, aunque sabía que los conocía de alguna parte, no era capaz de ponerle un nombre a las caras.

- Sí, señor, este es el cabaret de los Sabini. - respondió el camarero que se les había acercado para servirles el whisky, su postura era incomoda, claramente aunque trabajaba para dicha mafia italiana, no buscando pelea con nadie.

- Joder... todos los que veo son alguien. - siguió John, claramente ignorando al desconocido que había estado escuchando su conversación.

- Solo están los sargentos, John. No han venido los oficiales. - habló Tommy por primera vez, claramente esa había sido su intención al elegir ese momento, el plan que solamente había compartido con Polly estaba funcionando a la perfección.

- Pues llenemos los vasos, estamos de vacaciones. - John empezó a verter el whisky de mejor calidad al que se solía servir en el Garrison en los vasos de sus hermanos.

Sin embargo, no podrían disfrutar de él porque el altercado que iniciaría la guerra entre bandas no iba a demorarse. El camarero no estaba dispuesto a iniciar una pelea con ellos pero tampoco a perder su trabajo, por ello, lo primero que hizo en cuanto llegó al otro lado de la barra fue explicarle la situación a su superior.

- Caballeros, creo que ha habido un malentendido. Tengo que pedirles que se marchen. - pidió educadamente un nuevo hombre, su uniforme era similar al del camarero que les había servido con anterioridad pero debajo de su chaqueta negra había un chaleco de color dorado que parecía una declaración de estatus.

- Acabamos de comprar una puta botella. - se quejó John dejando que su acento brummie se deslizara a través de sus dientes con mas fuerza debido al desagrado de ese trato al que ya no estaba acostumbrado.