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Los periódicos habían llegado a las casas de Small Heath informando del asesinato del primer ministro japonés, tal y como Katherine había predicho

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Los periódicos habían llegado a las casas de Small Heath informando del asesinato del primer ministro japonés, tal y como Katherine había predicho. Era la mañana siguiente y la escena del desayuno anterior se repetía, la familia se sentaba al rededor de la mesa acompañados por Katherine, su cara de satisfacción era toda prueba necesaria para saber que sabía qué era lo que tenían en mente.

Tommy dejó el periódico en la mesa con agresividad, haciendo que el sonido del papel contra la madera de la mesa resonara en la habitación.

- ¿Cómo lo supiste? ¿Estas metida con las personas que lo asesinaron? - la acusó queriendo creer solo lo que podía probar.

- Lo estudié, en mi tiempo es historia. Además, si estuviera confabulada con el complot de su asesinato no estaría en este país. - Kate hablaba con los ojos fijos en los de él, en una guerra de miradas que no rompió ni para tomar un sorbo de su té. - Aunque estoy segura de que el KGB está detrás. - pensó lo último.

Polly la estudiaba con la mirada, todo en ella gritaba que estaba fuera de su tiempo. Su pelo era más largo que lo que se estilaba en mujeres de su edad y no la había visto peinarlo acordemente desde que había llegado, algo que ni se le pasaría por la cabeza a ninguna mujer de prestigio que fuera a pasearse entre hombres apuestos como sus sobrinos. Además, la ropa con la que la habían encontrado y la que llevaba en su maleta de equipaje era demasiado atrevida pero no parecía ropa interior y era de demasiada buena calidad como para que una prostituta pudiera permitírselo.

Lo que más le llamaba la atención era su actitud, no era una mujer sumisa, era fuerte y no se acobardaba ni si quiera ante la mirada inquisitiva de Tommy o Polly. Su vocabulario era muy variado y usaba palabras grandes, algunas que ellos no habían escuchado nunca. Y luego estaba el sueño de Tommy, Polly estaba segura de que todo se reducía a la magia gitana, algo estaba mediando con sus vidas.

- ¿Alguno de nosotros te resulta familiar? - habló Polly haciéndola romper su lucha de miradas con el jefe de la banda. - ¿Algún sueño, tal vez?

Tommy se giró hacia su tía con mirada dura, sabía que era lo que pretendía pero no quería creer que había una fuerza superior uniendo su alma a la de la mujer desconocida frente a él.

Kate quiso reírse de la extraña pregunta pero, teniendo en cuenta que ella intentaba hacerles creer que venía del futuro se digno a realmente pensar su respuesta antes de contestar. Pasó su mirada por todos ellos forzando su cerebro a buscar en sus memorias más profundas y cuando su mirada cayó en Tommy una vez más, recordó algo.

Fue el recuerdo de la primera vez que se sintió cerca de la muerte, tenía siete años y era una de sus primeras peleas contra otra aprendiz de la Habitación Roja. La habían inmovilizado en el suelo, las manos de una niña solo un par de años mayor que ella rodeaban su garganta privándola de aire. Había aceptado su destino, su visión se nublaba con cada segundo que pasaba sin aire pero cuando decidió dejar de luchar, los ojos más azules con los que nunca se había encontrado aparecieron sobre ella.

SERENDIPIA [TOMMY SHELBY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora