SERENDIPIA [TOMMY SHELBY]

Prólogo

SERENDIPIA

Descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. También puede referirse a la habilidad de un sujeto para reconocer que ha hecho un descubrimiento importante aunque no tenga relación con lo que buscaba.

La Habitación Roja o Programa Black Window, fue un programa de lavado de cerebro y entrenamiento soviético de alto secreto. Aquí se encargaron de criar a niñas en sus primeros años de edad hasta convertirlas en las asesinas más letales y mortales del mundo.

Las niñas que formaban parte del programa eran sometidas diariamente a entrenamiento cuerpo a cuerpo y con armas, acrobacias y habilidades tácticas. Como eran parte de este entrenamiento peleas entre dos de las niñas, la debilidad no era tolerada en este programa por ello la perdedora debía ser asesinada por la otra, en caso de negarse las dos serían ejecutadas.

La central de la Habitación Roja se había pasar por una Academia de ballet, esta era otra parte importante de su entrenamiento donde tenían que repetir la misma rutina una y otra vez, la finalidad era volverlas "irrompibles". Además, en su entrenamiento con armas en ocasiones los objetivos eran personas reales.

Cuando se les permitía tener tiempo libre las obligaban a ver películas populares, lo que no sabían era que estaban llenos de mensajes subliminales, esta era la forma que el programa tenía para lavarles el cerebro poco a poco.

Solo se les permitía dormir con ambas manos esposadas a la cabecera de la cama, esto era para evitar intentos de escape. Cuando llegaba la hora de despertar debían esperar sentadas y completamente quietas a que los guardias les quitasen las esposas.

Una vez que las aprendices superaban con éxito todas las pruebas físicas y mentales tenía lugar la "ceremonia de graduación", es decir, eran esterilizadas. En teoría, eliminar su capacidad de tener hijos las hacía mejores asesinas ya que nunca tendrían que preocuparse más por una familia que por su misión.

Cuando Natasha Romanoff y Yelena Belova destruyen la Habitación Roja y matan a Dreykov liberaron a muchas de estas niñas robadas, entre ellas estaba Katherine Young que para ese entonces solo tenía trece años pero ya se había pasado más de la mitad de su vida convirtiéndose en una asesina.

Katerina apenas tenía tres años cuando fue reclutada, así que no recordaba una vida anterior a la que había vivido en Rusia. No sabia si había sido vendida o robada, si sus padres estaban vivos o muertos, S.H.I.E.L.D les había ofrecido refugio y trabajo pero la pequeña Katerina no estaba dispuesta a ser controlada por otra organización. Con sus ya avanzadas capacidades de espionaje se coló en un laboratorio y pudo realizar con éxito una prueba de ADN y encontrar los parientes vivos que le quedaban. Encontró a su abuela y el hermano de su padre, que la acogieron con los brazos abiertos y dispuestos a contarle su verdadera historia.

Descubrió que el día que desapareció fue el mismo día que sus padres fallecieron. Era una noche fría de enero en Seattle, la familia volvía a casa en el coche familiar pero este sufrió un accidente donde se encontró a la pareja muerta. El cuerpo de la bebé nunca fue encontrado pero con el paso de los años acabó dándose por muerta, hoy Katherine sabía con casi total seguridad que no había sido un accidente.

Desde los trece años había vivido con la su abuela Anne y su tío Jack. Fue en esta época cuando aprendió lo que significaba ser una niña, fue la primera vez que pudo permitirse tener un propósito distinto al de matar para sobrevivir, pero lecciones cómo esa no se olvidan tan fácilmente.

La familia Young provenía de un linaje de gitanos originarios de Inglaterra que inmigraron a Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.

Su abuela se había encargado de enseñarle las costumbres propias de los gitanos así como contarle historias sobre la magia que corría por sus venas. Por otra parte, su tío era más escéptico pero no por ello estaba menos orgulloso de sus raíces, él fue quien le enseñó a hablar romaní.

Lo cierto era que ella había vivido suficiente en su corta vida como para llegar a sus propias conclusiones, solo creía en dos fuerzas superiores, el bien y el mal, y el ultimo solía ser más fácil de encontrar que el primero.

Al principio la situación era incomoda, Katherine no podía decirles la verdad de donde había estado por varias razones: la primera que era secreto de Estado, la segunda que saberlo los pondría en peligro y la tercera que no estaba segura de que la seguirían aceptando si supieran que era una asesina. La historia oficial era que una pareja que era incapaz de tener hijos había llegado antes que los servicios de emergencia y se la habían llevado, tras su reciente muerte hace poco menos de un año, le desvelaron la verdad.

Era una historia sencilla, más sencilla que la realidad al menos.

Tardó mucho tiempo en acostumbrarse a lo que era tener una familia, aunque ahora en su edad adulta había días en que pensaba que tal vez nunca había entendido del todo el significado de esa palabra, "familia".

El diccionario decía que familia era un conjunto de ascendientes, descendientes y demás personas relacionadas entre sí por parentesco de sangre o legal. Esa era una descripción demasiado fría para el calor que sentía cuando su tío acariciaba su pelo al llegar a casa después del trabajo o cuando su abuela le besaba la frente antes de irse a dormir.

Pero Katherine no era como todas las niñas de su edad, no habría sobrevivido si lo fuera, tenía la sabiduría de quien había vivido cien vidas y sabia que no todo podía ir bien para siempre. Cuando tenía 19 años a su tío le diagnosticaron cáncer. Había momentos en los que quería volver al estado emocional que tenía en la Habitación Roja, porque nada le había dolido tanto como ver a lo más cercano que tenía a un padre morir poco a poco frente a sus ojos sin poder hacer nada para evitarlo. Murió poco más de un año después de su diagnostico.

Mas tarde le siguió la abuela Anne. Muchos decían que ya era mayor y no había sido una sorpresa pero Katherine sabía la verdad, su abuela tenía la salud de una bruja gitana que podría vivir mil años. No murió de anciana, murió por un corazón roto, pudo verlo en sus ojos cuando enterraron a su segundo y último hijo.

Con 23 años, exactamente diez años después de haber encontrado una familia, volvía a estar sola en el mundo.

Se graduó con honores en la carrera de Psicología y luego se mudó a Virginia para empezar a trabajar en la CIA, después de todo hubiese sido una pena desperdiciar sus talentos. Con el paso de los años empezó a ser conocida como la Black Widow de la CIA, su agente estrella.

A pesar de todo lo que había perdido, Katherine creía haber encontrado su sitio en el mundo pero una noche algo ocurre en una misión que cambiará su perspectiva del mundo para siempre.

La vida está llena de sorpresas, ella lo sabía mejor que nadie.