Prólogo

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Estephany

Tengo seis años y estoy en clase. Es hora de salir al descanso y veo que todos los niños salen del salón.

Se que me están esperando fuera pero probablemente logre escapar.

-Niños, nadie puede quedarse en el salón. Vamos, vayan a comer algo- la maestra insistía en que saliéramos. Había una compañera buscando su almuerzo y un niño quitándose su suéter.

Ellos, a comparación mía, si querían salir. Yo por otro lado, rezaba por qué al salir de ahí, nadie me viera y así poder esconderme en el baño.

No soy la única, la semana pasada fue Angela, pero esta semana no vino y ellos regresaron su atención a mi.

Salí detrás de la maestra, quien parecía estar más preocupada por subir a besarse con el profesor de tercer grado, que de averiguar porque yo temblaba detrás de sus piernas.

Me di cuenta de que mis compañeros voltean a otro lado y corrí al baño, a toda velocidad. Escuche los zapatos cuando empezaron a correr detrás de mi y también escuché los zapatos de la maestra alejándose del lugar, pero no me detuve.

Entré a uno de los cubículos del baño y cerré la puerta, quise echar el seguro pero me di cuenta que estaba rojo. Entré en pánico y empecé a temblar en serio. Los escuché entrar al baño.

-¡Estephany!- tarareaban mi nombre como si esto fuera un juego

Las niñas entraban y aventaban puertas intentando abrirlas. Los niños se quedaban en la entrada vigilando que nadie más viniera, mientras se reían de mi. Empujaron mi puerta y yo empuje desde adentro con fuerza para que no abrieran, pero eran tres contra mi.

Nelly era la que mandaba, ella decía a quien molestar y a quien dejar en paz. También les decía a los otros niños a quien robarles su comida y ellos le hacían caso. Nadie sospechaba de ella porque era muy bonita, tenía ojos claros y era rubio de cabello ondulado. Se parecía a mi muñeca, una muñeca que fue mi preferida hasta que Nelly apareció.

-Hola- gritó cuando las tres empujaron con más fuerza haciéndome caer. Nelly se acercó a mi y me baño con su jugo de manzana, después me aventó el bote vacío en la cabeza y se empezaron a reír.

Salieron del baño, sabía que esto no había terminado, probablemente querían que yo saliera para echarme tierra o algo así. Estaba muy enojada y tome el bote de jugo entre mis manos. Jamás había intentado defenderme porque eran mucho, pero no me importaba, me sentía muy molesta. Agarre agua del inodoro, al parecer alguien había entrado y no le había jalado a la cadena. Llene el bote con lo que parecía pipí y salí del cubículo.

-Nelly- dije con mis dientes apretados, ella volteo aún con una sonrisa y yo me acerque despacio. -No vuelvas a meterte conmigo- dije y corrí los últimos cinco pasos que faltaban para llegar a ella. La empuje del pecho y rebotó sobre su trasero. Di un paso más y vacíe el botecito sobre su cabeza. -Por cierto eso no es jugo de manzana- sonrei ante mi desquite y cuando me gire los otros niños y niñas tenían la boca abierta.

Camine hacia los lavabos y limpie un poco el jugo que llevaba en mi ropa. Lave mis manos y vi de reojo a Nelly llorar, pero ninguno de sus amigos le hacía caso.

Hoy volví a la escuela y a la hora del descanso vi que todos los niños malos estaban en la entrada del salón. Nelly se levantó y les pidió que fueran todos a molestar a uno de mis compañeros. Ell no le hicieron caso

-Tu no nos mandas Nelly- dijo una de sus amigas.
-Si Nelly, estamos esperando a Estephany
-Además tu hueles a pipi- los niños empezaron a burlarse de ella y yo solo podía sonreír.

No permitiría que alguien me volviera a molestar. Nunca.

El Diario Real: Princesa Estephany Donde viven las historias. Descúbrelo ahora