Capítulo 12

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Estephany

Tan pronto como regresamos de la casa hogar, se empezó a planear un viaje para dentro de dos semanas. Un viaje a una de las más grandes asociaciones perteneciente a la Reina Jazmín, en donde se ayuda a personas con problemas de corazón. Me impresiona el poder que tiene la Reina y la manera en la que mantiene sus pies sobre la tierra, es un contraste perfecto.

Hoy habrá una fiesta privada, 'Una fiesta del té', estas fiestas son conocidas como, las fiestas de negocios entre mujeres, a pesar de ser el Rey quien se dedica a hacer juntas para negociar, la Reina también tiene parte en esto. Hoy parece qñno haber un gran negocio, sino una futura alianza. Por lo que se nos dijo, un Conde de un Reino en otro continente, está de visita. Las relaciones exteriores son importantes y a pesar de que los Reinos sean siete, todos se benefician de cualquier trato.

Las fiestas de té son entre una y dos de la tarde, literalmente hay té, aunque no el típico té de menta y limón que habría en mi casa. También hay bocadillos extremadamente laborioso, o al menos eso parecen a simple vista.

Elegí ponerme una falda corte tubo hasta la rodilla, y un blazer corto a juego. La tela era de pequeños cuadros color verde pastel con blanco, y llevaba un top blanco de manga larga y cuello alto. El cielo estaba nublado y parecía que lloverá en cualquier momento. El clima había estado extraño estos últimos días, hacia calor, frío y había días nublados, como hoy. Solo rezabamos porque el cielo nos permitiera terminar la fiesta en el jardín.

Después de la clase, todas las Princesas acudimos al jardín en donde los Príncipes y Reyes ya se encontraban en el. Nos anunciaron que los invitados estaban por llegar y todos empezamos a tomar asiento. Había varios tipos de sofas y sillas con sus propias mesas de té. A pesar de ser pequeñas salas, entre todas formaban un gran círculo, eso hacía que aunque hubiera platicas individuales, todos pertenecieran a la misma fiesta. La idea me parecía increíble, la Reina simplemente era impresionante.

Los invitados llegaron; el Conde Christian, su esposa Patricia, sus dos hijos Theodore de unos dieciséis años y Christian II de probablemente unos veintisiete, y la peuqeña Leylanie de cinco años. También venían; la mano derecha del Conde, su hijo Tristan que parecía de la edad de Crhistian, y unas gemelas, primas de Tristan, Antonella y Julietta. Estas dos tenían más interés en los Príncipes que en conocer el Palacio. Como había mencionado el Conde.

La fiesta iba bien, todos hablaban con todos. Los Reyes, el Conde y su esposa, junto a su mano derecha, hablaban en una de las salas apartadas. Christian y Tristan, hablaban con el Príncipe Namjoon, el Príncipe Hoseok y el Príncipe Jin, quien no parecía muy convencido de estar ahí.

Por otro lado las gemelas estaba con Taehyung,  Jungkook y algunas Princesas. Mi problema se había vuelto doble, Kiara estaba casi encima de Taehyung para quitárselo de encima a Julietta. Yo estaba a punto de ir ahí y quitarles las manos de encima a ambas, ninguna estaba al tanto de que Taehyung era mío. Amalie, Victoria y yo estábamos sentadas en esta pequeña sala con Jimin, quien no dejaba de acariciar el brazo de Amalie.

Levante la vista y Taehyung me estaba observando, pero su mirada no se detenía en mi, viajaba hasta el otro lado de los sofás y se detenía en el hijo del Conde, Christian. Este no había dejado de verme desde que llegó, primero creí que eran miradas normales de cuando analizas a la gente que no conoces, pero cada vez que levanto la mirada, ahí están, sus ojos clavados en mi. No es una mirada intensa, ni incomoda. Es bastante amigable y que expresa su total interés en mi. Taehyung continuaba mirándolo con ganas de sacarle los ojos y yo me preguntaba ¿Por qué entonces seguía sentado entre aquellas dos chicas?

Llevábamos casi dos horas en una fiesta del té y estaba segura que si esto seguía así, se convertiría en una fiesta nocturna. Me dolían los pies y me había empezado a dar frío. Estaba por pedirle a Annie un abrigo, cuando empezaron a caer algunas gotas de agua. Todos entramos a la casa y me di cuenta que había olvidado mi celular. Imprudentemente y con temor a que este se dañara, salí corriendo nuevamente al jardín. Nadie me presto atención pues la mayoría de las personas se habían dispersado en los diferentes salones. Tome el maldito teléfono de una de las mesas y cuando me gire, Christian venia corriendo hacia mi, se quito su saco y lo coloco sobre nuestras cabeza.

El Diario Real: Princesa Estephany Donde viven las historias. Descúbrelo ahora