Capítulo 7

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Taehyung

Cuando vi su foto entre las candidatas supe que era hora de cobrarme todas las cosas que me había hecho. Honestamente nunca fue nada tan malo, y se que ahora mismo estoy exagerando, pero en ese entonces me gustaba y me molestaba que no tuviera, ni la más mínima, culpa por ser como era.

Hoy no puedo pensar claramente, después de salir del desayuno, apreté mis labios y salí de inmediato a mi habitación. Ese vestido color ciruela se le pegaba por todo el cuerpo, el corte llegaba a la mitad de sus muslos y mi estúpida polla no dejaba de ponerse dura cuando la veía caminar. Salió del comedor para ir a su salón de clases y no pude evitar que mi mirada la siguió por todo el lugar. Creí que nadie lo había notado pero ahí estaba, Namjoon levantando una ceja y viéndome como si me hubiera atrapado robando los dulces de Jimin. Me sentí como un niño siento regañado, pero ese sentimiento se quedó corto cuando me di cuenta que necesitaba mantener mis pensamiento lejos de ella o en lugar de parecer un niño, todos sabrían que parezco un estúpido adolescente con erecciones repentinas a cualquier hora del día.

Estoy recostado en mi cama con los brazos sobre mi rostro y pensando si debería ayudar a mi amigo a liberar tensión. La cosa es que sabía que eso no sería suficiente, necesitaba más material que la imagen de las piernas de Estephany. Recordé la vez que el idiota de George estaba observando las piernas de Esteph en clase. Sus amigas se habían dado cuenta y no dudaron en molestarlo, recuerdo ver por una fracción de segundo a Estephany poner cara de asco hacia lo que sus amigas estaban diciendo, pero en lugar de atacarlos a ellas, hizo un comentario desenfadado hacia George. Mientras ella restaba importancia, la clase entera se reía del chico quien fulminado con la vista, la espalda de ella. Estuve a punto de reírme y no es que me gustará hacer bullying, pero ese idiota si había estado observando sus piernas, de hecho la mitad de la escuela lo hacía, y yo quería golpear a cada uno de ellos. El hecho de que ella dijera eso me había parecido bastante acertado, pero no me rei porque no quería que ella confundiera mi apoyo. No me importaba que agredieron a un idiota pero si cuando se dirigía a personas que no le hacían nada.

Después de un par de horas baje y la vi caminar hacia la biblioteca, sabía que lo haría y apreté el libro que le había quitado. Planeaba regresaremos pero ahora un destello de travesura me atravesó. Camine y entré a la biblioteca, supuse que estaba en las estanterías así que cerré con llave y me escondí detrás de los muebles. La vi tomar un libro después de leer la sinopsis y ver que su rostro tomaba una mueca de tristeza. Se sentó en el que al parecer era su sofá preferido. Levantó sus piernas y su vestido me dejó ver su preciosa piel debajo de él, volví a senentir un familiar tirón en mi entrepierna y supe que tenía frente a mi una oportunidad de vengarme por el idiota de George, aunque no merecía venganza me estaba dando pretextos y se le agradecía.

Empecé a molestarla poco a poco hasta que había decidido irse, me felicite mentalmente por haber cerrado con llave. La acorrale en el sofá y acerque mi rostro al de ella mientras subia una mano por su pierna. Si me rechazaba me alejaría inmediatamente, podía estar nublada mi mente pero sabía lo que estaba haciendo y no era un idiota que la obligaría a hacer algo que no quisiera, pero ella no tenía por que saberlo.

Cubrí su centro antes de apartar su ropa interior y vi su pecho subir y bajar agitadamente, estaba tan exitada como yo y eso me gusta. Aparte su ropa interior y hundí un dedo. ¡Dios! Estaba tan mojada que gruñi al instante, las palpitaciones en mi entrepierna hacían que mi dureza aumentara. La deseaba tanto y cuando la escuché gemir supe que quería que todos sus gemidos de ahora en adelante fuera por y para mi. Todos y cada uno de ellos. No podría soportar saber que esos preciosos ruidos eran provocados por alguien más.

Estaba a punto de caer... estaba a punto de perder la ventaja que tenia sobre ella y no podía.

La hice gemir hasta que casi temrino en mi propia ropa. Me detuve cuando senti que estaba por correrse, retiré mi mano y se quejo de frustración.  Sonreí y repreti las palabras que le había dicho a George, me arrepentí en el momento en que vi su rostro, supe que la había lastimado de verdad. Una lágrima se asomó en sus preciosos ojos y me fui antes de hacer algo de lo que me arrepentiría después.

El Diario Real: Princesa Estephany Donde viven las historias. Descúbrelo ahora