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📍: Calles ***

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📍: Calles ***.
(Narrador)

By: J. Hargreeves.
Capítulo 010: "Tierno"

La pareja de "adolescentes " decidió dejar a su hijo ir con ellos, así lo mantenían vigilado y cerca por si algún problema.

Luther, Cinco y Ocho estaban dentro de un auto en una calle desabitada, esperando a Hazel y Cha-Cha para hacer un acuerdo.

- Nunca lo disfruté.- dijo de repente Cinco para hacer plática y por fin sacar lo que llevaba adentro.

-¿Qué?.- preguntó Luther confundido. Ocho al oírlo y saber de lo que hablaba, solo pudo sentirse mal al saber que cada misión que iban, ella aparentaba lo contrario, hasta que se cansó y todo lo dejó fluir.

- Matar, no mentiré nunca me gustó hacerlo, lo hacía para poder llegar a ustedes, para detener el Apocalipsis. Hasta que me cansé, o mejor dicho, no quería ese futuro para mí esposa e hijo. Ambos no queríamos que nuestro hijo siguiera nuestro camino.- admitió Cinco con voz de arrepentimiento.

- Nada de esto es su culpa, de nadie.- Daniel le sonrió a sus padres.

- La soledad le hace cosas raras a la mente.- comentó Ocho acariciando la mejilla de su esposo para después mirar por la ventana para distraerse de la abrumación .

- Bueno, ustedes se fueron demasiado tiempo. Yo solo pase 4 años en la luna y me bastaron....¿Se lo van a creer?.- preguntó Luther viendo el maletín falso.

- Bueno, solo sabemos que están desesperados, como un policía que pierde el arma. Si la Comisión se entera lo van a lamentar.- explicó Ocho poniéndose en medio de los dos asientos delanteros.

- Bueno, sin mencionar que estarán atrapados aquí hasta recuperarlo.- complementó Cinco mientras jugaba con el ojo de vidrio.

- Yo lo voy a llevar.- exclamó Luther viéndolos.- Mmm. por si están en peligro.

- ¡Ja!.- soltó Cinco de forma sarcástica, al ver que no era broma se puso serio nuevamente.- ¿Hablas encerio?.- Luther asintió incrédulo.- Bueno, para eso estoy yo aquí, Uno. Yo me encargo de mi familia...¿Oh quien crees que fueron los protectores de Daniel estos últimos años?.- preguntó sarcásticamente el ojiverde.

- Bueno...- comenzó analizar lo que había dicho.

- ¡Nosotros!.- asustó a todos en el auto.- Mi esposa y yo somos los encargados del bienestar de nuestro hijo...- suspiró para tranquilizarse al sentir la delicada mano de su esposa sobre su hombro.- Entiendo que quieras ayudar, pero déjanos ese trabajo a nosotros, tu puedes ayudar con otra cosa.- Luther asintió.

- Ok Luther, pero ten cuidado. Nosotros tuvimos una larga vida, pero tú, aún eres joven. Todavía tienes una vida por delante, no la malgastes.- le dijo Ocho al ver que se había formado un silencio. Y así se volvió hacer otro silencio, esperaban a que ellos lleguen.

ᴬᴹᴬᴿᴳᴼ ᶜᴼᴹᴼ ᶜᴬᶠÉ ☕ // ᶠᴵⱽᴱ ᴴ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora