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(Cinco)
📍: Dallas, Texas.

Bye: J. Hargreeves.
Capítulo 005: "Poder de Ocho".

- El presidente continúa haciendo investigaciones sobre Roswell...- escuché decir a un hombre desconocido.

- Va a ser algo complicado...- esa voz la conocía...

- Pa-pá...- retrocedí ocasionando un ruido fuerte que me hizo darme un golpe interno.

- ¿Escucharon eso?. Silencio.- ordenó Reginald para dirigirse y tomar un póker para poder golpearme desde dentro del armario, pero antes me teletransporte afuera.

- Eso estuvo cerca.- murmuré para mí mientras me acomodaba el saco, luego voltee rápido al sentir una prencia atrás siendo atrapado por un sueco.- Mierda.- susurré.

El sueco me agarró del chaleco y me iba a golpear contra la pared pero antes me teletransporte a otro lado, después llegó Diego con la loca para ayudarme cuando nunca se los pedí.

La loca se colgó de un candelabro para ayudarme en vez de a Diego.

Al golpearlos y dejarlos inconscientes, salimos para que yo recitara en voz alta las palabras en griego que Reginald nos enseñó de pequeños, este solamente volteó a verme para después ignorarnos e irse .

- Sí.... creo que papá nos evita.- con mi manga me limpié la sangre del labio.

- Odio ser molesta pero debemos irnos.- sugirió la novia de Diego.

- Exactamente a ¿qué te refieres?.- la miré confundida.

- No hay mucha ambigüedad en eso.- negó confusa.

- No confiamos en ti, así que regresa por donde viniste.- le ordené.

- Hay que irnos...

- Acabo de salvarte la vida pequeña basura, sino fuera por mí solo habría un par de calcetines sangrientos...- interrumpió a Diego.

- Haces muchas preguntas y luchas como profesional...- me le acerqué amenazante.

- Entonces porque se defenderme soy mala.- sonrió burlona.

- ¡Como sea!. Estás en mi camino y cerca de mi familia, si te vuelvo a ver no dudaré en matarte.- amenacé para después alejarme de ellos.

Necesito a mi esposa e hijo.

(Diego)

- ¿No les dirás nada?.- me miró indignada.

- ¿Porque ayudaste a Cinco y a mí no?.- pregunté triste.

- Eres un hombre y el es un niño, así que compórtate como tal.- escupió enojada.

- Entiendo.- me alejé frustrado, otra vez había caído en la porquería del amor.

(Cinco)
Al día siguiente »

Abrí un poco los ojos y los volví a cerrar al sentir ardor en ellos al ver el sol entrar por las ventanas. Me removí sobre la cama en busca de mi esposa ya que anoche no había llegado. No salí a buscarla ya que confiaba en ella, pero si no había llegado todavía, era hora de preocuparme. Aún con los ojos cerrados sentí con mi mano su cabello. Sonreí como tonto y la abracé mejor.

ᴬᴹᴬᴿᴳᴼ ᶜᴼᴹᴼ ᶜᴬᶠÉ ☕ // ᶠᴵⱽᴱ ᴴ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora