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📍: Hotel Oblivion.
(Narrador)

Abajo, Reginald revisaba los últimos detalles en su cuaderno para que nada de su plan fallara y todo esto se fuera a la mierda.

- ¿Problemas, papá?.- saludó Klaus.

- Pero...¿Cómo encontraste el camino a Oblivion?.

- Bueno, el caso es que aquí estoy.- sonrió.

- Fascinante pero ahora no es buen momento.- miró nuevamente su cuaderno.

- Me usaste para que la familia viniera aquí, lo entiendo, me usaste cuando ya no te fui de utilidad, me dejaste morir ahí...

- ¿Te deje morir?. Te hice un favor, regresaste al vacío, de dónde perteneces.- se defendió.

- Me gusta ese lugar.

- ¿Y por qué sigues aquí?.- lo miró.

- Porque asesinaste a Luther.- le susurró.

- Eso fue necesario, el pudo...

- ¿Quién sigue papá?. ¿Cinco, Viktor...toda la maldita familia?.- escupió enojado.

- Silencio chico, la batalla va a empezar, estoy a una campanilla y tú lo puedes arruinar todo.

- Oh, si tuviera una moneda por cada que escuchará eso, que tampoco es tanto dinero pero iría a esas tiendas de todo por un dólar...- Reginald lo golpeó en la cabeza con una figurilla pesada, haciendo que Klaus muriera nuevamente.

- Ya está.- colocó su mano sobre la pequeña campana y miró por última vez su cuaderno, sin tardar más, decidió tocarla creando un sonido agudo y que el living se alumbrara de luces amarillentas.

Todo el hotel se empezó a tambalear y alumbrar de tono amarillento, los Sparrows, Cinco, Jenny y Dany notaron esto rápidamente, en el piso de abajo Diego negó al saber de qué se trataba.

- Nadie escucha lo que digo.- bufó.

- No cariño, nadie.- concordó Lila detrás de el.

- Volvamos al vestíbulo.- sugirió Allison.

- Si.- ambos empezaron a caminar.

- ¿Quien crees que de nuestros estúpidos hermanos hayan tocado la campana?.- miró a su hermano quien iba a tras de ella, sin percatarse, un guerrero salió de la pared, con su hacha hizo una pequeña apertura en el brazo de Allison.- ¡Ahhhh!.- se quejó tirada del dolor.

- ¡Allison!.- al ver que la iba a mate, rápidamente utilizó su poder para mandarlo a volar y ayudar a su hermana.- Vamos, levántate. ¡Debemos irnos!.- el guerrero acomodó su arma al ver cómo se llamaban los hermanos.

A unas habitaciones más alejadas...

- Agh, ¿Quien lo hizo?.- murmuró nervioso Diego sin soltar a Lila de la mano. Ambos voltearon al escuchar una cadena, dónde vieron a otro guardián.

- Deberíamos correr.- sugirió Lila.

- Voy detrás de ti, amor.- concordó siguiendo a su mujer. Rápidamente llegaron a los elevadores dónde empezaron a apretar los botones peor estos simplemente no reaccionaban. Ambos regresaron pero se detuvieron al ver al guardián a pocos metros de ellos. Diego empezó a tírarle sus navajas junto con Lila hasta que al último el chico le diera en el ojo.

- Buen tiro amor.- felicitó Lila. Pero su sonrisa fue borrada al ver cómo el guardián ni se inmutó y solo se quitó la navaja como si nada.

- No me jodas.- sus almas volvieron al escuchar que el elevador se había abierto, rápido corrieron hacia este y entraron despavoridos.- ¿A qué piso?.

ᴬᴹᴬᴿᴳᴼ ᶜᴼᴹᴼ ᶜᴬᶠÉ ☕ // ᶠᴵⱽᴱ ᴴ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora