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(Cinco)
📍: Psiquiátrico.

By: J. Hargreeves.
Capítulo 002: "Harper Weston".


Estábamos esperando a Diego en una habitación cuando de repente Jenny habló.

- ¿Eres tú, Antonio Banderas?.- reí ante la burla de mí esposa ante la nueva apariencia de nuestro hermano.

- Que graciosa.- comentó forzando una sonrisa para después sentarse enfrente de nosotras.

- Te ves bien en blanco.- me burlé.

Ey, si vamos a salvar el mundo otra vez, tengo que relajarme...y que mejor que burlándome de las desgracias de mis hermanos.

- Al fin aparecieron.- comentó sonriendo un poco. Yo solo recargue mis manos en la mesa y lo miré confundido.

- ¿Como sabrías que vendríamos?.- nos señalé.

- Siempre hacen una mierda así.- se inclinó para quedar al frente de nosotros.

- ¿Dónde están los otros idiotas?.- pregunté serio.

- ¿No están contigo?.- preguntó confundido.

- ¿Los ves por aquí?. Exacto, no. Los tendremos que buscar.- habló mi esposa.

- ¿Cuánto tiempo llevas aquí?.- pregunté Cinco.

- Setenta y cinco días.- agachó la cabeza como estando avergonzado.- Aterricé en el callejón de Commerce...

- Y Knox - comentamos los tres al mismo tiempo.

-¿Y ustedes?.- preguntó viéndonos.

- Llegamos está mañana.- contestó Cinco por los dos.

- ¿Como me encontraron?.- preguntó cambiando de tema. Así que con una sonrisa burlona miré a Jenny para después sacar la nota del periódico.

- Página 16, "hombre trastornado loco con cuchillos fue arrestado en la puerta de 1026 de Beckley.- sonreí sarcástico para luego aventarle la hoja echa bolita en su cara.

- Es la casa de Lee Harvey Oswald.- comentó Jenny a lo que el se volvió a cruzar de brazos, al parecer era una rutina hacer eso.

- ¿Y me puedes explicar que mierda hacias ahí?.- bufó mi chica viendo como Diego mantenía su sonrisa.

- Digamos que, la policía de Dallas no quiso apoyarme en mi intento de impedir el asesinato de John F. Kennedy.- explicó molesto.

- Claro idiota, porque todavía no pasa.- le susurré de forma sarcástica.

- Bueno...pero no va a pasar la muerte de Kennedy.- negó con la cabeza viéndonos a la cara.- No conmigo aquí.

- Uf, creo que tus planes no van a dar un buen resultado estando aquí.- mi esposa señaló el piso del psiquiátrico.

- Eso ya lo tengo resuelto. He estado limando los barrotes de mi cuarto.- nosotros lo vimos atentos.- Un día o dos y estaré fuera de aquí, luego voy a detener a Oswald y salvar al presidente. Si quieres pueden venir conmigo.- nos guiñó el ojo.

- Diego, creo que no es buena idea que digamos.- advirtió mi mujer.

- No me digas que hacer.- bufó así que lo tomé de la camisa rápidamente.

- Escúchame con atención, pedazo de idiota porque solo te lo voy a repetir una vez.- susurré cerca de su rostro.- Número Uno: Donde vuelva a escuchar que le hablas así a MI esposa en tu perra vida, no volverás a liberar Dieguitos....- bajamos nuestras mirada a su entrepierna y luego nos volvimos a ver, ya que el había tragado saliva de forma gruesa al haber entendido.
- Y segundo: No vas a hacer un carajo.- ordené para luego aventarlo a su silla.

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