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📍: Hotel Oblivion.
(Narrador)

Hasta el momento todo iba de mal en peor; ejemplo: Chet el recepcionista con su mal humor.

- ¡Suéltame, quítame las mando de encima!.- exigió Stan a Chet mientras trataba de safarse de su agarre, y dónde su papá; Diego llegó a ayudarlo.

- ¡Ey, ¿Qué demonios hace!?.

- Su hijo metió tres mini muffins en sus pantalones.- respondió enojado.

- Esto es un buffet.- bufó.- Puedo tomar lo que se me antoje.

- Yo me encargo.- tomó a su hijo del brazo y se lo llevó a rastras.

- Espera, despacio.- se quejó.

- Vamos a poner algunas reglas.- lo sentó en las escaleras.

- ¿Que te parece nada de empujones?.- irónizo enojado.

- Cállate y escucha.- se sentó a su lado.- Mi padre fue un idiota colosal...- empezó a explicar viendo cómo a Stan le valía un carajo al ignorarlo y seguro comiendo lo que sea que estaba devorando antes.- Cuando era un enano como tú, me prometí a mi mismo que nunca sería así con niños ajenos...propios.

- Oh, basta, voy a llorar.- rodó los ojos, recordándole a el cuando era pequeño, a Cinco, Jenny y Dany.

- Soy alguien ocupado, con responsabilidades, así que tampoco dejaré que me distraigas, ¿Ok?.- soltó frustrado.

- Si, te vez muy ocupado.- esto acabó con la poca paciencia de Diego haciendo que le diera un manotazo al tazón de Stan.

- Tu, puedes quedarte hasta que tu madre vuelva, ok. Pero ya deja de hacer estupideces, o sino, tu y yo tendremos graves problemas.- explicó entre dientes tomándolo de la parte de atrás del cuello.- Mírame.- ordenó haciendo que el niño lo viera.- ¿Lo entiendes?.- preguntó, de repente algo empezó a escurrir de la oreja de Stan.- Oye, tienes algo en...tu oreja.

- Oh, Dios. Olvide traer... mi medicina para... los oídos.- titubeó.

- ¿Para los oídos?.

- Si no lo freno, me sale pus de ahí.- explicó.

- Huele a vómito de gato. Que asco.- ambos  miraron a Dany, el ual al prevenir el raro olor, no dudó en quejarse.- Oye Stan. ¿Cuando empezamos con las clases de defensa personal?.- le preguntó a su "primo".

- Yo no quiero defensa personal, yo quiero pelear...Luchar como profesional y patear traseros.- Diego y Dany giraron los ojos.

- Es defensa o nada.

- Bien...

- Tu no le enseñarás nada.- señaló amenazante a su sobrino.- Y tú no aprenderás nada.- ahora miró a su hijo con un rostro serio.

- Mira tío, véalo del lado bueno. Para Stan sería más recomendable que el separ defenderse, más con este problemas de los Sparrow...¿O quieres que algo le pase?.- preguntó Dany utilizando la psicología inversa.

Diego tragó saliva ante las palabras de su sobrino, por un parte tenía razón. No quería que su hijo perdiera la vida, apenas y lo había conocido y no quería perderlo por los raritos de la otra academia.

- Bien.- ambos niños sonrieron.- Pero nada de métodos que los expongan a peligro.- ambos asintieron.

- Gracias.- Stan le sonrió de forma sincera a Diego, sintió su corazón derretirse de ternura pero tuvo que contenerse.

- Bien, vamos. Tus clases empezarán más tarde.- tomó nuevamente a su hijo del brazo para empezar a caminar.

- Oye, ¿A dónde crees que vas?.- lo detuvo Viktor.

ᴬᴹᴬᴿᴳᴼ ᶜᴼᴹᴼ ᶜᴬᶠÉ ☕ // ᶠᴵⱽᴱ ᴴ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora