Lía Weasley

Capítulo 5 Familia

Una suave brisa golpeó en el rostro de Lía lo que la relajo, definitivamente este era su lugar favorito para estudiar, era poco concurrido y estaba cerca del lago.

—Hola, pequeña— no pudo evitar dar un salto.

—Te hemos dado un susto— dos pelirrojos aparecieron a cada lado.

—¿Qué hacen aquí?

—Venimos por unos asuntos de negocios.

—Y te hemos encontrado aquí sola— continuó el gemelo 2.

—¿Qué haces?— dijo sentándose a su lado y viendo sus pergaminos— ¿porque tienes más de un mismo trabajo?

—¿A acoso la pequeña Lía está ayudando estudiantes a hacer trampa?

—Creo que Mcgonagall debería saber esto, ¿qué opinas George?

—Tienes razón Fred, deberíamos ir a decirle.

—Ustedes no harán eso— intentó quitarle sus pergaminos, pero ellos eran más altos —devuélveme mis pergaminos.

—No, creo que se lo llevare a Mcgonagall o...

—¿O qué? Suéltalo ya.

—Podríamos devolverlo a cambio de algo.

—¿Qué quieren? No creo tener algo que quieran.

—Si, lo tienes— interrumpió el gemelo 2.

—George tiene razón, tienes algo que queremos.

—¿Y qué es?— dijo tajante, tenía mucho que estudiar y ellos dos solo estaban haciendo perder su tiempo.

—Respuestas pequeña, respuestas.

—Bueno pregunten rápido no tengo todo el tiempo.

—¿Quiénes son tus padres?

—No lo sé— la pequeña Slytherin mintió Cristel se había encargado de mostrarle su familia después de decirle el nombre de su padre, sabía que ellos eran sus tíos, que tenía una tía y que sus abuelos paternos estaban vivos y incluso que tenía una pequeña prima, pero no quería que ellos se enteraran por el miedo del rechazo.

Sabía que todos los Weasley habían quedado en Gryffindor y ella había sido la primera Weasley en quedar en otra casa, sin mencionar que su casa con la de Gryffindor habían sido casas enemigas por años.

—¿A qué te refieres a que no sabes?— los hermanos se veían con duda, se habían dado cuenta que tomaron un tema delicado.

—A que no los recuerdo, tenía 3 años cuando mamá murió, era todo lo que tenía, he vivido en el orfanato después de eso.

—Lía, lo siento mucho.

—No debimos preguntar fuimos unos idiotas.

Fred le puso una de sus manos en mi hombro.

—Tal vez no sirve de mucho, pero somos familia, puedes no recordar a tus padres, pero eres una Weasley, y los Weasley siempre estamos el uno para el otro.

—Puedes contar con nosotros para lo que sea— George se sentó a mi izquierda y tomó su otro hombro— somos familia, no lo olvides.

—Gracias— Lía quería decirle muchos más que eso, pero no era el momento prefería seguir conociéndolos y luego decirle la verdad— en verdad gracias es lindo tener una familia— Lía solo les sonrió, una sonrisa sincera, una que a la única persona que se la había dado antes era a Cristel.

Los gemelos se quedaron el resto de la tarde conversando, le contaban de nuevos productos en los que estaban trabajando, y bromas que habían hecho estando en Hogwarts.

—Entonces le lanzaron un dragón hecho de bengalas.

—Así es—dijo George.

—Fue nuestra mejor broma— terminó Fred.

—Me habría gustado verla— desvío la vista al lago y se dio cuenta que se estaba oscureciendo, vio la hora en su reloj quedaban 5 minutos para la cena —Ya es tarde, no puedo perderme la cena— tomó sus libros y pergaminos y los metió en su mochila —Nos vemos luego chicos, los iré a ver en la próxima salida a Hogsmeade— tomó la manta en la cual estaban sentados y la dobló.

—¡Te estaremos esperando!— gritaron ambos.

Lía corría por los pasillos no quería llegar tarde a la cena, al estar a unos metros de el gran comedor bajo la velocidad y se peinó un poco, su carrera le había causado que sus mejillas se sonrojaran y que su pelo se revolviera.

—¿Dónde estabas?

—Cerca del lago había ido a estudiar, ¿pasa algo?

Antes de que su amiga pudiera contestar un búho cruzó el gran comedor y dejó caer una carta en el regazo de Lía, la chica la tomó confundida no tenía a nadie que le enviará una carta.

Estimada St Lía Weasley

Me complace invitarla a un baile para navidad el cual se celebra en las mazmorras salón junto a mi oficina, puede ir con un acompañante

Atte. profesor Horace Slughorn

—¿Vas a ir?

—Será de mala educación no ir.

La chica había escuchado en sus años anteriores como el profesor invitaba estudiantes que podían llegar a ser alguien importante o con buenos contactos en el mundo mágico.

—¿Tienes que usar un vestido?

—Esperaba que me ayudaras con eso.

—Cuanta con ello tengo muchos vestidos que te quedaran hermosos.