La historia de nuestro más valioso tesoro

Dia 8: Se cae otro diente

El día en el trabajo estaba siendo tranquilo, me sentí orgulloso de mis alumnos ya que todos hicieron la tarea de historia, casi siempre hay algúno que no la trae, pero parece que les intereso mucho el tema de los barcos y Colón, además de que hoy solo trabajo medio día, así que solo me queda esperar a que Will termine su clase de educación física y podremos irnos.

La sala de maestros es muy grande y cómoda, pero lo mejor de este lugar es el café que esconde el director, aveces le robo uno y puedo quedarme en el sofá acostado hasta la hora de salir. Esta vez no fue diferente, me puse a charlar con Steven por mensaje mientras terminaba mi taza con la mejor bebida de la vida, super relajado y feliz cuando ...

_Marc, necesito que vayas a la enfermería_ una de las maestras entra a la sala de maestros.

_Quien se lastimo?_ obviamente debía ser uno de mis alumnos, son como pequeños guerreros.

_Will.

En cuanto dice ese nombre, camino lo más rápido posible a la enfermería (no corro porque ya me han multado con cinco libras por eso), al llegar veo pequeñas gotitas de sangre.

_Que pasó?_ abro la puerta lo más fuerte que puedo, tanto que asusto a la enfermera y a Will.

_Hola papá.

_Marc, por el amor a dios, podrías abrir más despacio?_ como no le respondo y solo busco la fuente de la sangre de Will, me explica que paso_ jugando a los quemados en clase de educación física, un compañero tiro muy fuerte y se le salio un diente de leche, no es la gran cosa, va a estar bien en cuanto deje de sangrar y nada de comer cosas duras hasta que deje de doler.

_Mira, aquí esta el diente, es muy bonito y asqueroso.

Mi hijo no se da cuenta del problema aquí, que en cuento se entere el otro padre que esto pasó, nos va a regañar a los dos por no tener cuidado, solo puedo pensar en los reclamos de Steven, ya los puedo escuchar.

_Tu padre va a estar preocupado, no crees?.

_Siempre se preocupa mucho, es su trabajo o eso dice siempre, pero es solo un diente de leche, ustedes me conocieron sin mi primer diente, recuerdas?.

_Si, recuerdo eso_ acarició su carita, el no esta muy adolorido, sino no hablaría_ vas a ponerle bajo la almohada?.

_Para que?_ estira la mano y deja el diente en la mia_ aquí tienes, quiero comer papas fritas al volver a casa, por favor, hada de los dientes.

Solo puedo sonreirle y besar su cabeza.