Prólogo

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Cuando decimos conocer realmente a alguien no es más que una mentira porque sino somos capaces de conocernos a nosotros mismos que nos hace pensar que tenemos la capacidad para conocer y entender a los demás?.

Creí conocer a Drake y quiso matarme, a Klaus y me mintió, la única persona que nunca había sido falsa conmigo era él, era Leo.

Un taxi me dejó en la puerta de su casa. No estaba segura si aún vivían allí pero me tocaba averiguarlo. El corazón me latía con fuerza al escuchar sus voces a través de la puerta principal. Respire profundo y toqué.

—No hagan trampa oyeron— dijo Leo mientras abría la puerta. El sol que se ocultaba detrás mío iluminando con su luz anaranjada su cabellera rubia y ojos verdes, me sorprendió un poco ver qué tenía barba.

—Sa...Sam?— preguntó al verme. Se colocó las gafas las cuales tenía en la mano. Se veía asombrado y no era para  menos, yo era un fantasma que de apareció ante él luego de tanto tiempo.

—Sam?— preguntó nuevamente mientras la palma de su mano acarició tímidamente mi mejilla, me tocaba como si fuese tan frágil que pudiese romperme en mil pedazos frente a él. No pude evitar cerrar mis ojos ante el contacto.

—Hola profesor— respondí sonriéndo le.

—Amor, quién es?— preguntó una voz femenina. Leo enseguida apartó su mano de mi. Se abrió la puerta de par en par. Una mujer rubia, de tez pálida, delgada y vestida con un vestido floreado y un delantal se apersono.

—En qué podemos...— decía.

—Mami!— escuché a Andrew gritar desde dentro, se me detuvo el corazón. Corrió hasta mí y me abrazó con fuerza. No puede contener las lágrimas al sentir el dulce aroma de su piel y el calor de su cuerpo. Lloré descontrolada.

—Mami, estas bien? Te duele algo?— preguntó Drew al verme de tal manera. Él no tenía ni la menor idea de cuanto había soñado con aquel irreal momento.

—No mi hermoso príncipe. Sólo te extrañé un montón. Pero ya estoy aquí. Estoy contigo al fin...— respondí.

—Tú debes ser Samantha. La madre de Andrew. Soy Alison, la prometida de Leo— se presentó la mujer.

—Un placer el conocerte— dije.

—Entramos. No Leo? No se queden aquí— dijo Alison a un aun shockeado Leo.

— Si — respondió él.

Entrando a la casa, un lugar muy bonito y acogedor me topé con una pequeña niña la cual me presentaron como Sophi la hija de Alison.

Nos sentamos en la sala. Andrew me contaba mil cosas al mismo tiempo, la escuela, el fútbol, las clases de piano.

—Wow pero haces un montón de cosas principe— le comenté.

—Leo, ¿me ayudas a poner la mesa amor? La cena está lista— dijo Alison.

—Si. Claro— contestó Leo.

—Yo debería...—

—Sam quédate a cenar con nosotros por favor— me invitó Alison. Miré a Leo y quise decir que mejor no, pero no quería apartarme de Andrew tan pronto así que acepté. Alison había preparado lasaña, muy rica a decir verdad. Tenía horas sin comer porque odiaba la comida de los aviones así que devoré toda mi porción y un poco más.

En la mesa Drew continuó con sus historias. Tenía casi ocho años pero su forma de expresarse era de un niño de mayor edad. No podía apartar mis ojos de su rostro. No lo había notado en las video llamadas pero sus facciones, sus ojos y hasta sus maneras me recordaban a Drake.

Marcada: Jacobs, Stewart, Schmidt.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora