Capítulo 18- El principio del fin.

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Días intensos le siguieron a aquella madrugada. Organizarnos adecuadamente en todos los sentidos era mi prioridad número dos , justo detrás de mantener a Andrew, Leo y su futura familia a salvo de cualquier amenaza, por lo que me la pasaba entre llamadas, reuniones y papeleo. Klaus ordenó las cosas que faltaban en la propiedad y nos establecimos de lleno allí en cuestión de un par de horas.
Tuve que pagar los daños al departamento y con la ayuda de un prestanombres lo compré porque sabían que nadie iba a querer alquilarlo nunca más y Albin no se merecía eso.

El abogado Fordham demostró tener los mejores contactos y habilidades, eso y unos dos millones de Euros repartidos entre la fiscalía y un par de policías logró pasar el atentado como un simple intento de secuestro en el cual todos terminaron discutiendo y matándose entre sí y yo, la más afortunada que en aquella loca escena solo me llevé un disparo en el hombro que estaba ya sanando bien, una historia tan fantasiosa que era imposible de creer pero el dinero lo puede casi todo en esta vida.

— Deberías descansar un rato Sam. No has soltado esa tableta desde las cuatro de la mañana — comentó Klaus al tiempo que despojaba el dispositivo de mis manos. En esos días dormía poco por no decir que casi nada.

—Estoy terminando de leer unos papeles, pero que bueno que apareciste, se me está pasando la hora y Andrew saldrá del colegio pronto—

—Leo está bien con la idea de que de quedé aquí luego de todo lo que pasó? Eso me sorprende, considerando…—

—¿Considerando? Leo confía en mí. Sabe que nada malo le pasará nunca a Drew mientras yo tenga dos manos— dije.

—Te vi ayer entrenando con Julio…— comentó, no tenía idea que estaba en casa.

—No puedo solo valerme de mi escasa habilidad con la pistola…—

—Escasa? Yo diría que eres muy buena Sam—

—No tanto como tú o Yuri, sólo he tenido mucha suerte. Drake siempre comentó que tenía habilidad para las armas blancas, quiero enfocarme un poco en eso, debo estar preparada para todo—

—Drake?— preguntó con rostro sorprendido, supongo que nunca pensó escuchar me pronunciar su nombre otra vez de manera tan calmada.

—Emmm…Voy tarde. Ordena que preparen algo rico de cenar— me excuse y dándole un beso en la mejilla. Entonces salí en el auto junto a Julio hasta el colegio de Andrew.

Cuando llegamos él y Leo ya se encontraban esperaban por mi junto a la salida, Andrew estaba cruzado de brazos, ceño fruncido, Leo parecía decirle algo, esté último al verme  sonrió y en automático le devolví el gesto.

—Hola má— saludo Andrew.

—Hola mi amor, no sabes cuanto te extrañe— le respondí tomándolo en un abrazo que respondió muy levemente, supuse que era solo cosas de niños, así que no le lo tomé a mal
Se despidió muy rápido de su padre e ingresó al auto dejándo me atrás.

—Ma! ¡Vamos ya!— gritó desdé la ventana.

—Creo que alguien está ansioso por pasar tiempo conmigo— comenté a Leo.

—Más bien está ansioso por alejarse de mí…— comentó Leo.

—¿A qué te refieres?— pregunté enseguida.

—Ha estado…raro estos días — dijo luego de lanzar un suspiro.

—¿Raro? ¿Raro como? —

—Irritable, más de lo normal , mal hablado en especial conmigo… no le he hecho nada para que esté así. No entiendo— explicó.

Marcada: Jacobs, Stewart, Schmidt.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora