Capítulo 6- No seas inmadura.

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La última vez que vi los ojos de Leo tan inyectados en sangre de manera casi bestial, fue aquella fatídica noche en la que creí que le había dicho adiós para siempre. Nunca pensé que vería aquella expresión entre la decepción y el asco en su rostro nuevamente, pero sin embargo allí estábamos, uno frente al otro discutiendo como esa vez y por la misma razón.

—¿Qué tiene de malo?— le pregunté luego de que Leo furioso me preguntará si había enloquecido unas veinte veces.

—Te estás escuchando....? Creí que tú y él ya no tenían nada que ver. Dijiste que estaba fuera de tu vida— dijo un alterado Leo.

—Lo estaba pero...—

—Ese tipo es un asesino Samantha! Mató a Drake y quién sabe a cuánta gente más!— me gritó aunque luego se contuvo al recordar donde nos encontrábamos.

—Él nunca nos haría daño...—

Leo me tomó de ambos antebrazos.

—Cómo demonios puedes estar tan segura de eso Sam? Eh? Cómo?—preguntó sacudiendo me un poco.

—Porque él me ama— respondí. Leo se quedó en silencio, viendo me a los ojos preguntó entonces;

—Y tú a él?—

No sabía qué contestarle porque ni para mi misma existía una respuesta concreta al respecto. Me zafe de su agarré y caminé hasta la puerta.

—Me llevaré a Andrew. Dile a Alison que quisiera hablar con ella— dije. Leo sonrió algo oscuro, algo victorioso, aunque entonces no sabía por qué, pero al instante retomó su semblante serio.

—No quiero a ese tipo cerca de mi hijo Sam— advirtió.

—Tranquilo. No planeó presentarlo a Andrew...— dije saliendo al pasillo.

—Aún...— culmine guiñando sin planearlo mi ojo izquierdo.

—Sam!— gritó Leo enojado lo que me causaba gracia. Estaba molesto y con sus razones, tenía completa razón en decir todo eso de Klaus porque era verdad y  no era capaz nisiquiera de negarlo.

Pasé por el salón de clases de Andrew justo para encontrarme con este peleando a los puños con un compañero de clase. No parecía haber ningún maestro dentro por lo que asustada abrí la puerta y entré para separar los justo cuando Andrew pretendía clavar un compás en el cuerpo de su compañero.

—Dios santo!— grité tomándo le el brazo con fuerza.

Andrew me miró con ojos negros, y no me refiero al sentido figurado, literalmente sus ojos parecían la noche.

"Tal palo, tal astilla" susurró la voz de Drake desde el mismo infierno.

—Mamá?— preguntó Andrew al verme.

—To...toma tus cosas...nos vamos—dije algo ida. En eso llegó la maestra quien fue de inmediato informada por unos alumnos de lo sucedido.

—Y usted es....?— me preguntó enseguida.

—Samantha Jacobs. La madre de Andrew. ¿Se puede saber dónde diablos estaba?— pregunté molesta.

—Señora Jacobs, le pido que modere su tono y tenga cuidado con sus palabras. Estamos frente a niños y esta es una institución educativa de alta estima—me corrigió la maestra.

—Una institución educativa llena de incompetentes. Mi hijo estaba siendo agredido por este otro niño y usted dónde estaba?— pregunté.

—¿Qué pasa aquí?— preguntó Leo quien llegó al salón quizás tras escuchar el escándalo.

Marcada: Jacobs, Stewart, Schmidt.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora