Capítulo 10- Amiga de mi ex.

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Desayuné con Klaus a la salida del sol. Aquello me trajo muy buenos recuerdos, los únicos lindos que podía sacar de aquellos días de angustia en los que no sabía si podría mantener mi libertad.
Nos despedimos con la promesa de cenar juntos esa noche, entonces me dirigí a la academia de ballet de Alison quien me había dado la dirección durante la cena.
El lugar era muy elegante, sofisticado, difícil de mantener sin el dinero suficiente. Noté que ella quería vender la imagen de la antigua academia Europea de danza, entonces entendí el porqué de los problemas económicos de Alison.

—Me da mucha pena contigo Sam pero soy un desastre, estoy planeando una boda y un evento que no se si pueda pagar— dijo mientras quitaba algunos papeles de una silla para que pudiera sentar me  en su oficina.

Alison no lucía bien, desde la noche anterior se notaba exhausta, aunque sonriente, siempre sonriente.

—No dije que te ayudaría con el evento? Dime, ¿qué has hecho ya?— pregunté.

Alison procedió a mostrarme una carpeta con algunas ideas, cosas por hacer y un par de facturas las cuales tomó enseguida algo apenada. No quería pero estaba sintiendo lástima por ella.

—Bien. Déjame esto que yo lo hago — dije tomando la carpeta.

—No, Sam, no tienes que hacer todo con que me ayudes con…—

—¿Hace cuánto no vas a un spa?—pregunte.

—Bueno…desde la secundaria? Mi madre y yo íbamos una vez a la semana, un tiempo de calidad madre e hija, ¿ sabes?— contestó y se me cruzó por la mente contestar que no, porque yo no sabía qué era eso, nunca había compartido con mi madre un vínculo o un momento lindo, y ni siquiera sabía si estaba viva o muerta, Drake se murió sin decírmelo y sinceramente no me interesaba ni un poco saber de su paradero aunque esperaba estuviera viva, al final era mi madre, pero decirle eso a Alison no estaba en mis planes así que solo asentí.

—El hotel Metropolitan tiene uno excelente. Deja todo esto por un par de horas y relájate, llamaré para que te reciban—

—Sam. No puedo aceptar algo así…—

—Perdona si soy muy directa pero luces de la mierda Alison. No vas a llegar a la boda si sigues así. Lo primero es que hay que mover la gala dos semanas…—

—Dos?— pregunta sorprendida.

—Si dos. Un evento así no se puede planear para dentro de dos días. Ve al spa mujer yo me haré cargo de todo y me voy que tú prometido me está esperando— dije poniéndo me de pie.

—Con Leo? ¿Almorzaras con Leo?— preguntó.

—Ahh.. si es para hablar de Andrew será breve — respondí.

Salí de la academia y enseguida me llegó un mensaje de Leo diciendo que me esperaba a la salida del colegio.

Busqué en mi cuenta de Email el contacto de una vieja conocida, Iris Mateo, una famosa organizadora de eventos que conocí por pura casualidad un día en una tienda de perfumes.
A pesar de que por esa época trataba de ser austera, de vez en cuando Leo y yo nos comprabamos uno que otro gusto lujoso, ninguno estaba acostumbrado a baratijas por más que lo intentamos, esencias del supermercado y loción barata, no, nunca pudimos. Fue allí donde me encontré con Iris, ella me pidió opinión sobre un perfume,bueno de mis favoritos por lo que le di cada detalle. No sabía si ella se iba a acordar de mí, pero me arriesgué a enviarle un corto mensaje.

Llegué al colegio, Leo estaba rodeado por un par de las que supuse eran madres. Baje entonces el cristal y soné la bocina.

—Hey Guapo! ¿Cuánto por un privado?—le grité. Leo sonrió y se tapó el rostro. Pidió disculpas y subió al auto conmigo.

Marcada: Jacobs, Stewart, Schmidt.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora