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— Pero Kakashi — susurró la castaña — ¿Qué... Qué estás diciendo?
— Pues... La verdad — respondí obvio.
— La verdad es que creo que no tengas amnesia, sino que estás loco — habló la doctora, sin dar crédito aún a lo que le había dicho.
— Kakashi — insistió Rin — Tú no puedes tener 31, tú tienes 13.
— Y-yo...
— Bueno. Existe también la posibilidad de que hayas dicho el número al revés, ¿no? — la doctora me observó — ¿Ha sido eso?
Bien. En ese momento tenía dos opciones: podía responder con la verdad, como ya lo había hecho antes. O mentir y decir que en realidad me había equivocado. Al final, sin estar muy seguro de porqué, decidí irme por la segunda opción.
— Sí, sí, eso mismo... En realidad tengo 13. Fue lo que quise decir. Yo solo... Me equivoqué...
— ¡Oh, ya! ¡Menos mal! — dijo la de cabellera negra.
Rin se llevó una mano al pecho y dio un suspirando aliviada, para luego sonreírme.
— Pero, espere doctora. Un momento... Sí Kakashi no tiene amnesia... ¿Por qué no recuerda nada de lo qué pasó? — cuestionó Rin — Eso es algo muy extraño.
— Bueno. En realidad no es tan extraño. Lo que recibió fue un golpe bastante fuerte. Estas cosas suelen pasar. A veces... Claro.
Una enfermera se asomó por la puerta, interrumpiendo la conversación que estábamos teniendo, avisándole a la doctora que había un paciente en otra sala que requería de su presencia.
Sin más, la mayor se despidió de mí, prometiendo que más tarde regresaría y me revisaría para ver cómo seguía.
Tras decir aquello, salió de la sala junto con la enfermera, dejándome solo en la habitación con Rin.
— Me alegra mucho que ya estés despierto — dijo después de un rato de silencio — Realmente me preocupaste mucho. Cuando te vi allí tirado, con ese golpe en la cabeza yo... De verdad temí lo peor. Pero me alegra que estes fuera de peligro.
— Rin... — murmuré, observándola detenidamente.
— ¿Sí, Kakashi? ¿Qué pasa?
— ¿Podrías decirme, por favor, exactamente qué fue lo qué pasó? ¿Cómo fue que llegué aquí? ¿Qué estaba haciendo?
Ella se quedó callada durante un rato, mientras miraba fijamente sus manos.
— No sé si sea buena idea — susurró por fin — Tal vez lo mejor sea esperar y ver si te puedes acordar por tu cuenta...
— No, no — negué deprisa — Rin por favor. Solo dime, ¿qué pasó? ¿Cómo llegue aquí? ¿De que misión hablan?
Me daba igual si era un sueño o no, realmente necesitaba saber que estaba pasando, porque no recordaba haber vivido nada igual a eso. Necesitaba saber, necesitaba entender que era toda esa situación. Y Rin era la única en esos momentos que me lo podía decir.