✇ 𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟹𝟿.

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— ¿Entonces

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— ¿Entonces...? — inquirió Pain luego de un breve silencio.

— La respuesta es... No lo sabemos — respondió en tono alegre el Uchiha, mientras colocaba sus dos manos hechas puños en sus caderas. No podía verle el rostro pero deducía que estaba sonriendo.

Kakashi le miró con los ojos en grande y abriendo la boca con sorpresa. Su espalda se arqueó levemente hacia adelante dejando caer sus hombros.

Nuevamente un silencio sepulcral reino en el lugar. El Hatake se mantuvo quieto en su posición, con la misma expresión en su cara, lo único que pudo hacer fue mover sus ojos, mirando ahora de reojo hacia dónde el peli-naranja y la peli-lila estaban.

Tanto Pain como Konan tenía un gesto de estupefacción total grabados en sus rostros. Si no fuera tan peligrosa la situación, Kakashi habría soltado una gran carcajada ante las caras del dúo de Akatsuki.

— ¿Cómo dices que dijiste? — murmuró Pain, aún con su cara de asombro.

— Pues eso, no lo sabemos — volvió a repetir, tan seguro de sus palabras.

— ¿Cómo es eso posible? — preguntó en tono suave, aún con gesto de estupor Konan.

— Bueno, pues... Ahg, ni siquiera nosotros estamos seguros de cómo... Pero... Esa es la verdad. No tenemos ni idea de cómo llegamos a aquí — explicó, con tono inocente.

— O sea... — el peli-naranja se aclaró la garganta, saliendo por fin de su asombro y continuó hablando — O sea, que no tienen recuerdos de nada, ¿correcto?

— Sí. Así es — aseguró, nuevamente con su tono de voz alegre.

— Sin embargo recuerdan sus nombres... — murmuró el de piercings.

— Sí, bueno... Supongo qué hay cosas que nunca se olvidan — respondió rascándose la nuca.

Por Dios... — pensó Kakashi, observando atentamente a los presentes — ¿Eso fue lo mejor que se le pudo ocurrir? Pain no va a ser tan tonto como para tragarse semejante-...

— Está bien — contestó el peli-naranja, interrumpiendo sus pensamientos — Supongo que puede pasar — el Hatake volteó hacia el, viéndole con ojos desmesurados.

¿En serio se lo ha creído? — se dijo para sí — Bueno, supongo que cuanto más estúpida es la excusa más creíble es.

El castaño carraspeó su garganta, irguiéndose nuevamente en su postura.

— Entonces, ¿esa fue la razón por la que querían vernos? — se animó a preguntar por fin.

— Por favor, sepan entender. De la nada aparecen dos chicos misterios que nunca habíamos visto, y se dedican a involucrarse en situaciones de la aldea. Es normal que tengamos curiosidad por ustedes.

𝙱𝚒𝚛𝚝𝚑𝚍𝚊𝚢 𝚆𝚒𝚜𝚑. •𝙾𝚋𝚒𝙺𝚊𝚔𝚊•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora