✇ 𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟹.

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— Pero

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— Pero... ¿Cómo qué no estaba en su oficina? — preguntó Rin.

— Pues, eso. No sé encontraba allí. Había salido.

— Bueno. Pero, ¿cuándo vuelve?

— Sinceramente, no lo sé. Según tengo entendido no está en la aldea.

Bien. Esto era un poco raro. Pues el kazekage, como kazekage que era, normalmente se encontraba en la aldea. Es decir, él también puede salir y viajar a otros lugares pero, sí él sabía que vendríamos, ¿por qué se fue y no nos esperó?

— ¿Cómo no va a estar aquí? — preguntó el Uchiha, un tanto enfadado — ¿Qué a caso no tiene una aldea que dirigir?

— Bueno. Sí, Obito — respondió la castaña — Pero los Kages también salen.

— Sí, claro. "También salen". ¿Entonces para qué nos hacen venir? — masculló.

— Quizás fue algo de imprevisto, Obito.

— Sí. Eso mismo. Seguramente no tarde en volver — habló Minato — Después de todo, sabía que vendríamos.

— Espere... Sensei, ¿obtuvo al menos el pergamino? — pregunté, llevando mí mirada hasta el mayor — Es decir, sé que el Kazekage no estaba y no pudo hablar con él. ¿Pero no dejó a alguien encargado para entregárselo antes de irse?

— No. No ha dejado a nadie a cargo de eso — respondió el rubio — El pergamino lo entregaría él en persona.

— Entonces debe de ser algo muy importante — habló la castaña.

— Seguramente. Sí.

— Sí es tan importante, ¿por qué nos envían a nosotros? — preguntó el azabache, de mal humor.

— Bueno. Quizás sea porque confían en nosotros — respondió el Namikaze.

— En usted más bien — le dijo el Uchiha al rubio.

Bueno. En eso el chico tenía razón. En quién confiaban en realidad era en Minato.

— Obito, no seas así — pidió la Nohara.

El peli-negro bufó, poniendo sus brazos en jarras.

— Bien. El kazekage no está y no se sabe cuándo vuelve. Tampoco dejó a nadie encargado de entregarle el pergamino sabiendo que tenía que irse y nosotros vendríamos — enumeró mi compañero — Entonces, ¿qué hacemos ahora?

— ¿A qué te refieres? — le pregunté.

— Me refiero a que se supone que haremos ahora, ¿volver a la aldea o quedarnos aquí a esperar?

El sensei del equipo se quedó un momento en silencio, pensando.

— Creo que mejor esperamos aquí — dijo finalmente — Sí. Eso sería lo mejor. Estoy seguro de que no tardará en volver.

— Bien. ¿Pero qué se supone que haremos aquí mientras tanto? — le preguntó la joven.

— Bueno. No lo sé... Supongo que podrían pasear por ahí, o ver si alguien de la aldea necesita ayuda con algo. Así al menos no se aburrirán tanto y estarían haciendo algo bueno. Aunque no creo que tardemos mucho en esperar.

— Supongo que es buena idea. Me gustaría recorrer la aldea — mencionó la fémina.

— Muy bien. Yo voy a ver si hay noticias del kazekage. ¿Ustedes estarán bien?

— No somos bebés — murmuró malhumorado el Uchiha.

— Lo sé, Obito. No fue lo que quise decir — dijo Minato en un suspiro.

— Oh, sensei... No se lo tome personal. Obito está de mal humor porque le interrumpí su momento con Kakashi — la castaña sonrió con falsa inocencia.

— ¿Su momento con Kakashi? — preguntó el rubio, confundido.

— No le haga caso, sensei — dije — Rin solo bromea.

— De acuerdo... — respondió el mayor, no muy seguro — Si hay algún problema, llámenme.

— Usted tranquilo, sensei — habló nuestra compañera, sonriendo — Nosotros estaremos bien.

— De acuerdo.

El Namikaze paseó su mirada sobre los tres, observando detenidamente a cada uno.

— Entonces, nos vemos al rato — dijo sonriendo, dándose la vuelta y abriendo la puerta — Adiós, chicos.

El ojo-azul salió de la habitación dejándonos solos a los tres, de nuevo.

— Muy bien... ¿Entonces? — dije mirándoles.

— ¡Vamos a pasear por la aldea! — exclamó la Nohara, emocionada.

— O mejor — dijo el pelinegro — Tú ve a pasear.

— Pero, ¿y ustedes?

— Bue-... — empecé diciendo.

— Nosotros no tenemos ganas — me interrumpió el mayor.

— ¿No tienen ganas, o te quieres quedar a solas con él? — preguntó la chica, observando al joven con una sonrisa pícara.

— ¡Y a ti qué! — gritó.

— Oh, no lo niegas.

— Rin, te voy a-

— ¡Bueno, ya! Obito, ¿qué hablamos hace un rato sobre las peleas? — le pregunté viéndole.

— Pero Kakashi-...

— Pero Kakashi nada — interrumpí — Obito, ya no más peleas.

— Pero yo-.., — quiso protestar.

— Obito — volví a interrumpir viéndole serio, con tono amenazante — No más peleas.

— Sí, Kakashi — dijo, haciendo puchero con los labios.

— Dominado — le susurró Rin.

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𝙱𝚒𝚛𝚝𝚑𝚍𝚊𝚢 𝚆𝚒𝚜𝚑. •𝙾𝚋𝚒𝙺𝚊𝚔𝚊•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora