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Lo único que los jóvenes podían ver, era una silueta en el final del callejón, el lugar más obscuro de allí.
Después de aquellas dos simples palabras, quién les había hablado se mantuvo en silencio. No podían verle la cara, pero sabían que esa persona les estaba mirando.
— ¿Qué se supone que debemos hacer? — preguntó en un susurro el peli-negro.
— No lo sé — respondió de igual forma el castaño.
— ¿Pero qué es lo que quiere? Nos ha detenido, pero ahora no habla. ¡Ni siquiera se mueve! — exclamó en voz baja.
El Hatake entrecerró los ojos, tratando de ver en la obscuridad, pero era imposible. Él tampoco sabía qué era lo que quería esa persona, ni mucho menos quién era, estaba igual de perdido que su acompañante.
Inhaló profundo dispuesto a hablar, mas alguien se le adelantó.
— Bueno. ¿Y entonces? — medio gritó el de la máscara naranja, haciéndole sobresaltar — ¿Qué es lo que quieres?
— ¿Lo que quiero? — en su voz se podía notar confusión.
— Pues sí — dijo obvio — ¿Qué es lo que quieres? Nos has detenido, pero te has quedado en silencio.
— Bueno... Queremos hablar con ustedes.
— ¿Ah, sí? Pues me parece qu-...
— ¡Espera! — interrumpió el castaño — ¿Cómo que "queremos"? ¿Hay alguien más contigo?
— En estos momentos, no... Solo yo.
— ¿Entonces? — el peli-negro se cruzó de brazos.
— Vengan conmigo — pidió — Queremos hablar con ustedes — volvió a repetir.
El Uchiha volteó hacia su acompañante, esperando una respuesta de este, y Kakashi solo intentaba pensar en qué debían hacer. Definitivamente la situación no le pintaba nada bien.
— Primero queremos verte... No sabemos quién eres. ¿Podrías acercarte un poco a la luz? Luego podemos ir contigo.
Hubo un breve momento de silencio, y cuándo el Hatake creyó que la persona se iba a negar esta respondió.
— Está bien — pronunció con tranquilidad.
El de máscara naranja y el castaño esperaban impacientes mientras miraban expectantes a aquella silueta moverse en la obscuridad, avanzando de a poco con pasos suaves hacia ellos.
La persona se detuvo a pocos metros de distancia, siendo débilmente iluminada por la poca luz del lugar, pero que aún así era suficiente como para permitirles verle.
El Uchiha frunció el ceño observando a quién tenía delante, gesto que fue oculto por su máscara. Por otro lado Kakashi entre abrió su boca y abrió los ojos con sorpresa.
