𝗔𝗙𝗧𝗘𝗥𝗚𝗟𝗢𝗪 𝘃𝗼𝗹.2 ━━ 𝗱𝗶𝗽𝗽𝗲𝗿 𝗽𝗶𝗻𝗲𝘀

Capitulo Veinte

—Para destruir a ese fantasma deben llevar esto.— Ford les extiende un espejo de mano de plata.— Deben poner el espejo frente a el y eso hará que su ente entre allí, y cuando lo hagan deben romperlo lo más rápido posible.

—Vaya, como cuando fuimos a romper la maldición Noroeste.— recordó Ruby.

—Si, algo así, pero este fantasma es más peligroso. Lleva una espada e intentará matarlos, cuando se meta al espejo la espada caerá al suelo y deben quemarla.

—Bien...— comprendió Dipper agarrando el diario, Mabel agarró el espejo y Ruby salió de allí junto a sus amigos.

Y de nuevo volvieron a ser tres.

—Será fácil destruirlo.— sonrió Mabel.— Ahora ya siento que podemos enfrentarnos a cualquier cosa.

—De todos modos hay que tener la guardia alta.— advirtió Ruby al lado del castaño.— Este fantasma no debe ser como el que nos enfrentamos Dipper, Pacifica y yo a los 12 años.

—Si, tienes razón.— asintió Dipper.

Luego de una caminata larga llegaron a la Mansión de Mcgucket. Parecía tenebrosa gracias al abandono. Se miraron.

—B-Bien, digamos que no me gustan las casas así... Vi el Conjuro, no quiero que suceda algo así.— temió Ruby y los gemelos rieron. Rompieron la parte de las puertas principales y entraron por allí, se acercaron a la mansión.

Dipper y Mabel se pusieron detrás de Ruby y ésta los miró molesta.

—¿En serio?— rodeó los ojos y miró la puerta. Suspiró y abrió de a poco.

Entraron lentamente viendo un lugar oscuro siendo iluminado por las ventanas. Habían telarañas, algunas ratas y suciedad.

—Esto es tan... tenebroso.— opinó Mabel detrás de su amiga.

—Es mejor hacerlo rápido.— dijo Ruby y abrió el diario. Caminó con ellos recitando el conjuro. Terminó de decirlo y se mantuvieron callados.

Un ruido se hizo presente y se asustaron. Apoyaron sus espaldas mirando hacia todos lados.

—Bueno...mantengamos la calma, fue solo un ruido. Hay que estar unidos.— tranquilizó Mabel. Escucharon un mueble cayendo y ahí fue cuando gritaron y corrieron en direcciones opuestas para esconderse.

—¿¡Quién viene a molestarme!?— era una voz demoníaca. Ruby que estaba detrás de un mueble se asomó para ver encontrándose con un demonio flotando y una espada en su mano.

—La espada...— murmuró y se abrazó al diario asustada.

Mabel miró el espejo y decidió salir de su escondite. Corrió hacia el pero se tropezó cayendo al suelo y rompiendo el espejo.

—¡Oh, no!

—¡Mabel!— exclamaron Ruby y Dipper.

La castaña empezó a correr siendo perseguida por el fantasma.

—¡El espejo! ¿Ahora dónde lo destruimos?— preguntó Hudson.

—...¿Recuerdas el sitio de la mansión donde hay cosas de plata? ¡Allí debe haber uno!— dijo Dipper corriendo hacia el lugar donde su hermana escapó. Ruby lo siguió.— ¿¡Mabel, dónde estás!?

—¡Tu ve a buscarla, yo iré por el espejo!— exclamó Ruby a punto de correr pero se detuvo al ver al demonio. Dipper la agarró del brazo jalandola hacia el para ponerla detrás de su cuerpo, protegiendola.

—¿Dónde está mi hermana?

—Llevo buscándola por todas partes. ¡No debieron venir!— gritó enojado. Ambos escaparon siendo perseguidos por éste. — ¡Vengan aquí!