Capitulo 14.

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Tony se despertó al escuchar un sollozo en la habitación del bebé. Consultó el reloj. Las seis de la mañana. Dudando entre ir y volver a provocarle un berrinche o despertar a Ziva escogió lo primero.

Sam se revolvía inquieto en su cuna estirando de su mantita con los ojos humedecidos. Al verle el niño decidió darle una tregua y sonreírle elevando los brazos al aire para que le cogiera. Calculó que debía ser la hora de comer del niño.

- ¿Tienes hambre, pequeñín?- preguntó sacándole de la cuna.

Le llevó hasta la cocina sentándole en su trona y abrió los armarios en busca de algún envase de leche infantil.

- Supongo que tomas biberón porque tu madre no está tan... imponente como la última vez- le dijo al niño encontrando el envase- He perdido práctica con esto, espero que te guste.

Preparó un biberón caliente y llevó a Sam hasta el salón, se sentó en el sofá y le entregó su biberón que el pequeño recibió con ansias.

- No es que tuviera dudas pero esto confirma que eres mi hijo, todo un glotón. Verás, la última vez que iba a ser papá tu madre me avisó con algo más de tiempo. Ahora me ha pillado por sorpresa pero te prometo que tú y yo nos vamos a llevar muy bien.

Le hizo cosquillas en la tripa que el niño aceptó con una carcajada.

- Te enseñaré a jugar al fútbol. ¿Sabes que más te enseñaré?- dijo en un susurro- A evitar que tu madre escuche conversaciones privadas desde la puerta.

- Esto no tiene nada de privado- dijo Ziva entrando en el salón.

- ¿Desde cuándo estás ahí?

- Desde que ha llorado.

Se sentó con ellos en el sofá acariciando la cabecita de Sam. Olfateó el aire con el ceño fruncido.

- Alguien ha desayunado muy bien hoy- le dijo al bebé.

- Ya se lo cambio yo- se ofreció con rapidez Tony yendo a su cuarto.

Ziva le siguió extrañada intentando imaginar que maquinaba, recordando perfectamente como siempre que era posible se escaqueaba de cambiar a Rebecca.

- No soy judía practicante- dijo intentando no reírse.

- No me he ofrecido por eso- se justificó Tony con una risilla nerviosa deshaciéndose del pañal sucio- Pero me alegro de ver que está completo.

- ¿Completo?- preguntó Ziva con tono burlón.

- Si, ya sabes, mi hijo tiene su pequeño DiNozzo intacto- explicó Tony señalando al niño.

- Eres tonto.

- Y por eso me quieres- comentó Tony.

Sabía que el comentario no había sido casual, pero en ningún momento pensó que pudiera dudar sobre eso.

- Sí, por eso y mucho más.

Tony dejó al niño en su cuna y salieron del dormitorio.

Ziva se dirigió hacia la cocina para preparar algo de café pero Tony la cogió del brazo frenándola y la acercó para besarla.

- Llevaba mucho tiempo deseando hacerlo- dijo cuándo se separó.

- No ha estado mal.

- Hay algo más que he querido hacer- le dijo con una mirada lujuriosa brillando en sus ojos.

***

Sin ti. ||NCIS fanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora