Capitulo 3.

821 37 2
                                        

Apartamento Tony y Ziva

Becky estaba en su dormitorio ordenando sus juguetes cuando vio a Gibbs apoyado en el marco de la puerta mirándola. Al verle dejó lo que tenía entre manos y corrió a darle un fuerte abrazo de bienvenida.

- ¿Vienes a pasar el día con nosotros?- le preguntó separándose.

- No, solo pasaba a saludar. Hoy voy a dar un paseo con mi coche- explicó Gibbs.

- Ah, ya- respondió Becky al escuchar la mención del vehículo.

Gibbs le contó como de joven lo compró con la idea de arreglarlo, como quería un coche de color amarillo, como le gustaba salir a conducir con él por las calles desiertas. La niña le escuchaba con atención, entre sorprendida por escucharle hablar tanto y fascinada con la historia.

- ¿Quieres verlo? Está aparcado en la calle-le ofreció Gibbs señalando la puerta.

- Sí- dijo ella con algo de entusiasmo.

Bajaron dos calles más abajo hasta llegar a donde Gibbs había aparcado. La niña abrió los ojos de par en par al ver el coche, asombrada de que él pudiera tener un coche así.

- Es genial- dijo ella emocionada.

- ¿Subimos?

- Bueno- dijo ella sin mucho convencimiento pero aceptando.

Rebecca abrió con cuidado la puerta del copiloto y se subió en el asiento despacio, como si temiese que el coche fuese a arrancar solo con pisarlo.

- ¿Quieres que demos una vuelta a la manzana?

- No creo que sea buena idea- negó la niña nerviosa mirando la puerta como si fuera a echar a correr.

- ¿Por qué?

- Porque nos puede pasar como a mamá- explicó ella intentando no llorar.

Gibbs miró a la niña pensando en la mejor forma de enfocarlo. Si estaba en lo cierto el ego de Tony estaría en los genes.

- Y yo que pensaba que los DiNozzo erais valientes.

- Lo somos- dijo ella de forma defensiva.

- Pues no lo parece- objetó Gibbs abriendo la puerta para marcharse.

- Arranca- le pidió la niña con decisión.

- ¿Estás segura?

- Si- respondió Becky con la voz temblorosa.

Arrancó despacio y se incorporó a la carretera muy por debajo del límite, granjeándose los insultos de conductores furiosos a los que ignoró. No dejaba de observarla de reojo como cerraba sus manitas con fuerza a la agarradera de la puerta con los ojos cerrados después al cinturón hasta que poco a poco la tensión disminuyó y pudo mirar al frente como si fuese otro viaje cualquiera.
Volvió a aparcar en el mismo sitio del que se había marchado minutos antes y miró a la niña con una sonrisa ladeada.

- ¿Ha sido tan horrible?

- No- reconoció ella.

Regresaron al apartamento donde Tony fingía indiferencia viendo la televisión.

- Cuanto habéis tardado- comentó al verles entrar.

- Es que hemos dado una vuelta en el coche- explicó ella dirigiéndose a su habitación.

- ¿Contigo si sube a un coche y de mi pasa?- protestó Tony.

Tony recibió una merecida colleja.

Sin ti. ||NCIS fanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora