Despacho director
Vance esperaba que la secretaria le pasara la llamada meditando las palabras, la información a compartir. Sabía que tarde o temprano tomaría represalias, que no dejaría el asunto en paz pero no supuso que tomaría ese rumbo tan oscuro.
- Shalom Leon- saludo Eli.
- Eli, me alegro de escucharle- devolvió el saludo Vance.
- ¿Qué ocurre?- preguntó el israelí yendo al grano.
- Tenemos algo que andan buscando.
- ¿Kadar?
- Ayer le atraparon, ha sido interrogado por nuestros agentes sobre el seguimiento a Ziva.
- ¿Ha dicho algo?
- No mucho, ya sabe como son, difícil de hacerles cantar- explicó Vance.
- Quiero la extradición a Israel- exigió con rapidez Eli.
- No pondré ninguna objeción, no le necesitamos para nada más.
- Gracias Leon, le debo un favor.
- Lo tendré en cuenta. De todos modos lo importante es que la familia DiNozzo este a salvo.
La línea se quedó muda durante unos segundos. Vance podía imaginárselo pensativo calculando qué palabras escoger, qué decir.
- Por supuesto, me alegro de que mi hija esté bien. El deber me requiere, debo colgar- dijo Eli con prisas- Espero que podamos hablar en otro momento con calma.
Después de colgar el teléfono observó a los tres agentes sentados en la mesa de reuniones, quienes no habían perdido un solo detalle de la conversación.
- Necesitan pruebas sólidas.
- ¿Qué más quiere?- preguntó Ziva con ironía.
- Un simple cabello no demuestra nada, puede alegar que se quedó enganchado en algún archivo, que Kadar lo robó de algún cepillo.
- ¿Es eso lo que cree?- preguntó Gibbs.
- No importa lo que yo crea- alegó Vance.
- Entiendo, tenemos que dejar que ese desalmado nos mate, se lleve a mis hijos para convertirlos en asesinos y entonces sí se le podrá
acusar- dijo Tony claramente irritado.
- No agente DiNozzo. Pero no pueden crear un conflicto internacional sin algo más sólido. Investiguen con discreción.