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人☬人

Extra.

Especial.

Heitor Wayne.

人☬人

Mi padre me había hablado tanto de Delilah que mis últimos sueños habían sido con ella, incluso sin conocer su rostro ya fantaseaba con ella. Esa personalidad fuerte y desafiante que describía mi progenitor me hacía una invitación para querer doblegarla y dominarla a mi antojo.

Volví después de tanto tiempo.

Lo primero que hice al llegar fue revisar su expediente, cuando la ví por primera vez no se me ocurrió nada mejor que estamparme contra ella en medio de la calle.

Molestarla hasta conocer sus grados de enfado. Buscar en ella su lado escondido que esperaba por mí.

Su cara era todo un dilema al enterarse que yo sería su nuevo jefe. Lo disfruté muchísimo, después de todas las barbaridades que me había dicho y lo mucho que me insultó tuvo que morder su lengua.

Jugué con suerte en el momento que la conocí, terminó con su relación y las cosas se me facilitaron. Me pregunto si fue cosa del destino.

Todo se complicó el día pensé con la cabeza de abajo y en el estadio fue la primera vez que besé a alguien que no fuera mi sumisa. No me podía aguantar más las ganas que tenía de ella.

Quería virar el tiempo atrás, pero como eso no era posible lo único y más sencillo que hice fue pedirle que fuese mi sumisa. A lo loco, sin pensarlo dos veces. Luciendo el más desesperado del mundo.

No iba a aceptar, eso estaba claro. Tenía que provocarla hasta que no tuviera otro remedio que decir que si porque los deseos la estaban consumiendo lentamente. Yo era bueno en eso.

Logré que viniera a mí y estoy orgulloso de lo que se ha convertido poco a poco.

No tiene nada de que envidiarle a las otras sumisas que he tenido, no voy a decir que ella es diferente porque sonaría que me estoy enamorando y la verdad es que no es así.

En todas las relaciones que he tenido mantengo al margen mis sentimientos. Amar a una persona no te hace débil, todo lo contrario saca lo mejor de ti y el riesgo es que si se va o te abandona se lleva consigo la mejor versión de ti.

Sufrir no estaba en mis planes, ya que conocía lo que se siente estar roto o muerto. Prometí no volver a sentirme de esta forma en la vida.

Delilah me siguió en silencio sin decir palabra alguna, la llevé hasta un lugar tranquilo para buscar la paz que necesitaba en estos momentos.

La situación estaba mal, pero no con ella. Mi antigua sumisa era quien me estaba dando problemas y ya no sabía ni que medida tomar.

Se inventó un embarazo, chantajes incluso intentó suicidarse para que volviera con ella. Su ridiculez llegó a tanto que ahora me había acusado de violación y maltrato psicológico.

Iba en serio y me lo estaba demostrando cada día. El método fácil de detenerla sería volver con ella. No es la primera vez que una de mis sumisas se volvían dementes y yo con un poco de dinero lo resolvía.

...pero está no tenía pensando detenerse ni aunque le diera todo el dinero del mundo. Me quería a mí, eso pedía.

Sumisa ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora