23

162 13 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Señor...

—Ya sé, ya se van.

—No, Tauriel se queda, esta vez solo iré yo.

—Es muy peligroso que viajes sola.

—A medio camino nos encontraremos él y yo.

—No, guiaré tu viaje hasta que nos encontremos con el elfo Noldor y luego podrán marchar juntos.

—Si no te conociera, creería que estás celoso.

—¿Celoso yo?

—No lo sé, no sería la primera vez que cambias tus cuidados hacia mi persona solo porque comienzo a hablar con alguien más.

—Pero sí pensabas irte con él.

—No, claro que no, viviríamos aquí en palacio; después de todo, mi hijo iba a ser un príncipe heredero, igual que tu hijo.

—Un momento... ¿por qué la silvana no te acompañará?

—Se llama Tauriel, es mi hija adoptiva y no te pido que la trates de su alteza o princesa, pero llámala por su nombre, es lo mínimo que se merece.

—No has contestado tu pregunta.

—¿Podrías moderar tu tono de arrogancia conmigo? — se aproximó a su hermano y él la sostuvo por los brazos.

ElentariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora