iii-tres

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"que cuando me de la paranoia me digas afloja, afloja, que me cojas de la mano"

Ainhowi.

lo que mas amaba de los miércoles era que teníamos guardia a primera hora, pero súmale que a siguiente hora hay un examen.

oro puro.

no por el examen, aunque sacaba buenas notas mi mejor pasatiempo no era estudiar, ni de lejos.

hay ciertas asignaturas que ni tan mal, pero hay otras que hacen que quiera dormir con calcetines mojados.

volviendo a la hora de guardia.

para Gavira normalmente esta hora solía ser para estudiar o abrir el libro, porque nunca estudiaba.

se despistaba fácilmente.

llevo casi como medio año a su lado y me atrevo a decir que se bastante de Gavira.

cosas que no usas para presentarte.

cosas que no cualquiera sabe, lo que pasa es que soy bastante cotilla.

es muy pero que muy despistado en lo que quería, hay ciertas cosas que era super atento, pero luego había otras que no se enteraba de nada.

también que cuando escribe se agacha mucho y pone la lengua como cuando juega, extraño la verdad, un día intente imitarlo y se rió de mi, que raro.

también le fascina los libros que a mi me aburren una barbaridad, no es ni la primera ni la segunda que le veo en clase con los libros de lectura obligatoria que nos daban en la ESO y como me quedo mirándolo extraña pues aprovecha para una de sus quinientas bromas del día.

bueno, creo que esto se sabe, ama pero ama, estará compitiendo con el futbol aunque el fútbol le gana, quisquillar, lo ama.

y la verdad es que es un pesado.

un pesado entrañable.

un pesado a secas.

estoy todavía formulando mi hipótesis sobre Pablo Páez, pero vamos avanzando.

—Gavira, tenemos una hora para que practiques las ecuaciones un rato mas, y como se que estas distraído todo el día he traído cascos para que compartamos, también he echo fotocopias de una pagina extraña de mates para sacar ecuaciones para resolver—fruncí el ceño buscando las hojas en las carpetas de plástico y cuando las encontré se la tendí con una sonrisa.

me fije en sus ojos y volvían a brillar como ayer.

le tendí un casco y yo le coloque el otro antes de enchufarlo al móvil.

le di al aleatorio porque no era rica y no tenia el spotify premiun.

y empezó a sonar corazón sin vida de Aitana.

de la nada escuche su risa y como se quitaba el casco.

—no me esperaba que fueses de las que escucha Aitana—se giro a mirarme mientras me quitaba el casco y se reía.

saltaron chispas- pablo gavi -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora