𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 16

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El sol comenzaba a ponerse, las persianas estaban cerradas logrando darle un aspecto más oscuro a la sala, ya se había hecho costumbre ver películas por la noche, incluso llegaba a ser entretenido si encontrabas algo interesante que ver.
Para la entidad esto se estaba convirtiendo de cierta forma en algo normal y cotidiano, quizás el hecho de haber pasado gran cantidad de su tiempo junto a Jisung hacía más flexible sus opiniones con respecto a los humanos.

Aún con todo esto no podía imaginarse a otro humano con las mismas cualidades de Jisung, no es que haya conocido más después de todo, pero considerando el mal concepto que esté tenía sobre ellos, le era fácil deducir que Jisung solo era  alguien inexperto e influenciable, contrario al montón de gente que conoció cuando aún era humano, por qué si, alguna vez el fue uno, y  tuvo la desgracia de vivir en una de las épocas más tostuosas para el hombre, donde todos vivían bajo el mandado de un ser despreciable, y si, el era este ser, un rey, uno de los más crueles que ha existido, sometió a cada indigente de su reino a los trabajos más tortuoso sin importar su género o edad, así mismo fue traicionado y torturado hasta casi morir por la única persona en la que confiaba, su hermano.

Pero en medio de la vida y la muerte, dónde respiraba los últimos suspiros y sus ojos comenzaban a perderse en la luz.
Fue en este momento en el que apareció el rey del Inframundo y convencido de todo su potencial le prometió sangre y venganza a cambio de su alma, era tan anhelado este deseo que acepto la propuesta.

Sin embargo tuvo la maldición de conservar todos sus recuerdos intactos hasta el día de hoy, esto le sirvió para alimentar su irá pero también lo atormenta cada segundo al punto de ser estresante.

La instrumental de la película logro regresarlo a la actualidad, poco tardo en darse cuenta que había un bulto en su hombro derecho, el menor se había quedado dormido aunque esto no era sorpresa.
Tenía la opción de levantarse y dejar que este caiga contra el sillón, hasta la idea sonaba divertida, sin embargo, el golpe con el suave sofá no logro despertarlo.
Aunque si provocó que comenzara a balbucear entre sueños, sus cejas se arqueaban y abultaba sus labios, al parecer estaba teniendo una pesadilla.

— ¿Ma?.....no me dejes — logro escuchar.
Sus brazos se aferraban fuertemente a la pequeña almohada en su pecho.
El azabache se acercó dudoso y comenzó a peinar su cabellera con delicadeza esperando que esto logré tranquilizarlo.

— Estoy aquí — soltó ligeramente sientedose realmente tonto por ayudarlo.
El castaño pareció responder favorablemente a sus palabras aligerando su agarre.
Lo que no se espero fue que esté pasará sus brazos por alrededor de su cuello buscando tenerlo más cerca.
Su abrazo era fuerte lo que dificultaba su escapé, no sabía cómo reaccionar y tampoco se atrevía a despertarlo, ya que sería demasiado incómodo.

Improviso un movimiento para intentar safarse pero esto solo provocó que el menor se moviera quedando aún mas cerca del azabache.
Sus rostros estaban a milímetros del otro, lo que hizo al mayor considerar que quizás lo mejor era despertarlo pero antes de si quiera intentarlo decidió analizar brevemente al menor más de cerca.

Se veía tan pacífico, su piel era más suave de lo que imagino, el pelo ligeramente desordenado le daba un aspecto muy tierno.

Todo bastante normal, hasta que desvío sus vista a sus labios, de un tono rosa suave, bastante pomposos y rellenitos, el hecho de verlos ligeramente entreabiertos prendió bastantes alarmas en si mismo.

Sus manos picaron por tocarlos y comprobar que tan suaves eran, y así lo hizo, pero no era suficiente.

Poco tiempo le dió para reaccionar, estaba demasiado cerca, a unos milímetros de hacerlo, tenía tantas ganas de probarlos que no midió las consecuencias.

Afortunadamente para el, logro reaccionar a tiempo y detener sus acciones, se sentía como un estúpido por lo que estaba a punto de hacer, y más si se trataba de un humano.

El menor aligeró su agarre dándole la oportunidad de salir, el sabía perfectamente que podía liberarse antes, pero no lo hizo, quizás por qué no quería.
















Otra vez me perdí, perdonnnnnnnnnnn.
Pero ya estoy aquí, no me odien 🥺

𝗘𝗟 𝗣𝗥𝗔𝗞𝗟𝗢𝗢 . 𝑀𝒾𝓃𝓈𝓊𝓃𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora