La entidad observaba el brillante reflejo del sol hacia la sala mientras el rubio se mantenía entretenido jugando con unas ruidosas llaves y su decoración de ositos.
El castaño se encerró en su habitación organizando sus deberes durante toda la mañana y parecía no tener intenciones de salir por un buen rato.— ¿Por que no solo lo admites? — hablo el rubio después de un largo silencio — ese chico te empieza a gustar, ¿No es así?
— No lo hace — corrigió.
— Amigo, yo te vi — admitió — además le has perdonado la vida, quieres enfrentarte a nuestro superior ¿y me vas decir que solo lo haces por qué quieres ser libre?.
— Es exactamente lo que quiero — recalcó.
— ¡Hace unos días intentaste descuartizarme por querer matarlo! — protestó.
— Y voy a intentarlo de nuevo si no cierras la boca — amenazó con seriedad — creo que estás olvidando quien es de rango mayor aquí, fija bien lo que dices.
— Solo intento ayudarte — aseguro — pero veo que es inútil — suspiro rendido.
El mayor iba a responder con molestia pero unos toques en la puerta se hicieron presentes antes de que lo hiciera, el rubio desapareció de en frente por unos segundos antes de hablar.
— Vaya, veo que ya conociste al niño de las cruces — avisó.
— Creí que no volvería.
— No lo subestimes, tiene un don que puede ser un riesgo para los nuestros, incluso para ti — declaró con seriedad
— No es más que un chiste — soltó antes de abrir la puerta.
— El chico, ¿dónde está? — libero con prisa — espero que no lo hayas tocado aún — advirtió.
— Supongo que hablas de Jisung — se entrometió el rubio.
— Se que es un ángel, no dejaré que lo entreguen a Lucifer, si llega a sus manos será un caos — Amenazó.
— Estás de suerte, nosotros tampoco tenemos la intención de entregarlo — aseguró la entidad de bajo rango.
— ¿Por qué habría de confiar en ustedes?, Entreguen al chico o me veré en la obligación de desterrarlos — sentenció.
— Aquí mi estimado asegura que no quiere seguir bajo las órdenes del superior y planea interrumpir en la luna roja para derrotarlo — explico — además Jisung estará más protegido si se queda con nosotros, y estoy seguro de que lo sabes.
— Ese es un plan descabellado — admitió — pero tienes razón, aunque van a necesitar de mi ayuda si quieren que su idea funcione.
— No necesitamos de nadie y menos de un desterrador inútil como tu — señalo el azabache.
— Claro que me necesitan, yo sé cómo encontrar al hijo de Lucifer — aseguró y las entidades se mostraron interesadas — ¿ahora sí me dejarán ayudarlos?
— ¿Qué quieres a cambió? — pregunto el rubio.
— Si uno de ustedes toma el mando en el infierno quiero que agreguen la reglas de excepción para los niños y recién nacidos — oferto.
— No lo harem-
— Consideralo hecho — interrumpió el azabache — ¿Qué sabes sobre el hijo de Lucifer?.
— Se que su nombre es Yang Jeongin y que vive por alguna parte de Taegu — informo.
— ¿Es todo?, ¿Cómo quieres que lo encontremos con solo esos datos? — se quejó el rubio, el nombre era lo de menos en ese momento.
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𝗘𝗟 𝗣𝗥𝗔𝗞𝗟𝗢𝗢 . 𝑀𝒾𝓃𝓈𝓊𝓃𝑔
FantasíaDonde un enigmático mito, de esos que suelen contarse a los traviesos niños, se revela más tangible y verídico que la propia existencia de los majestuosos dinosaurios que poblaron la antigüedad. En el centro de esta trama se encuentra una reliquia d...