𝗘𝗟 𝗣𝗥𝗔𝗞𝗟𝗢𝗢 . 𝑀𝒾𝓃𝓈𝓊𝓃𝑔

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 30

— ¿Dónde está Minho? — pregunto el agente.

— No lo se, ya aparecerá cuando se le de la gana — declaró el rubio sin mucha importancia.

— Yang debe estar custodiado por un Demonio de alto rango, no creo poder vencerlo — aseguró con cierta inquietud.

— Ustedes dos están locos, no se que hago aquí — Espeto el pelinegro, al principio creyó que el pecoso era el único destornillado, pero al parecer el apuesto agente también lo era.

— Si no estás listo para lo que vas a ver será mejor que esperes en el auto — explico este — Tu también Félix.

El menor hizo un puchero molesto y regreso al vehículo.

— No se que locura vas a hacer pero no quiero perdermela, me quedaré contigo — aseguro el hacker.

— ¿Quieres que le diga que estoy aquí? — propuso la entidad.

— No gracias, que lo descubra por su cuenta — sugirió — bien, ¿en qué zona está Yang?

— Según estos datos, debería estar a unos minutos de pasar por aquella calle — señalo unos metros adelante.

— Más le vale a Minho aparecer ahora o estaremos acabados.

El grupo avanzo por la calle esperando impacientes la llegada de su objetivo.

Un pequeño pelirrojo apareció en la intersección junto a otro sujeto mucho más alto, llevaba un abrigo oscuro hasta las rodillas y un sombrero del mismo color.

— Yang Jeongin — exclamó el agente — hemos venido por ti — el menor se escondió detrás de su acompañante, este se giró para encararlos y se quito el sombrero revelando su larga cabellera de un tono platinado.

— Tendrán que pasar sobre mi — declaró con la voz imponente.

— Demonio del viento, ¿No es así? — identificó, era bastante superior y difícil de derrotar.

— Hwang hyunjin para ti — presento.

— Entrega al niño, no queremos problemas — negoció.

— ¿Quien les hizo creer que lo entregaría así de fácil? — Bufó.

— Yo lo Hice — apareció el azabache del otro lado de la calle.
El platinado se inquieto al reconocer al sujeto detrás de esa intimidante voz.

— No se lo llevarán — cubrió con más seguridad al pelirrojo.

— Lucifer vendrá por el de todas formas — añadió el agente.

— ¡Nadie va a llevárselo!, Primero tendrán que desterrarme.

— No hyung, no quiero que muera — lloriqueo el menor.

— Está prendado con el chico — explico la entidad rubia al agente.

— Esto se va a poner difícil.

En un momento de desvaneo el ente platinado aprovecho para agitar su capa provocando un fuerte torbellino de aire en todas las direcciones, tanto el agente como el pelinegro volaron impulsados por el ataque.

— ¡¿Que mierda fue eso?! — se sorprendió el hacker.

— ¡Corre jeonginie! — le ordenó al pelirrojo y este partió a toda prisa cruzando la calle.

— ¡Ve por el! —  le ordenó al hacker.

Este comenzo a correr detrás del muchacho, su resistencia era nula a comparación, poco a poco fue perdiendolo de vista en el camino hasta que logro ver al pecoso capturarlo de un salto.