Capítulo XI

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Él es mi amigo más querido y el más cruel de mis rivales,

mi confidente y el que me traiciona,

el que me apoya y el que de mí depende;

y lo más espantoso de todo: es mi igual.


Gregg Levoy 


Capítulo XI

Sí, sé que eso fue cruel, pero no, no me arrepiento de nada, además no puedo comportarme cortante con Chris, él siempre ha sido muy lindo conmigo. Debo ser sincera, estos días he estado muy feliz al lado de Xavier, ya no estoy sola todo el tiempo y por primera vez, desde que recibí la beca, siento que he encontrado mi lugar en este internado.

Cuando entré a la preparatoria... me sentía sumamente incómoda, por decir algo. Acababa de mudarme a la zona y no conocía a ninguno de mis compañeros. Quizá si todos hubiéramos estado en la misma situación, lo habría visto como una oportunidad para empezar desde cero, pero la mayoría de ellos habían sido amigos desde la primaria o, mínimo, desde secundaria, y yo no podía evitar sentirme como una intrusa en sus pláticas llenas de chistes locales y anécdotas de la infancia.

En este sitio todos conocen la vida de los demás, han estado presentes en momentos vergonzosos y definitivos, todos menos yo. A mí me tocó hacer el papel de la chica nueva, una turista en este lugar que es una versión a escala de lo que es la vida real.

Intenté adaptarme, y lo había conseguido, pues ya tenía una reputación aceptable y me sentía feliz, hasta que comenzaron las lagunas. Entonces la situación se complicó y yo me volví a sentir aislada. Tenía la sensación de que todos decían cosas sobre mí, ya fuera por ser la anexada o por hacer escenas escandalosas que, para colmo, no recordaba.

Pero ahora todo ha cambiado, desde que Alicia y Oliver son algo así como novios, paso más tiempo con ambos (son unos melosos y están locos, pero les tengo cariño); Daniel está en donde sea que ellos estén y Chris suele buscarme en cada oportunidad, así que poco a poco vamos construyendo una amistad sincera y cursi, de ésas dignas de novela juvenil, al puro estilo de "Las Ventajas de ser Invisible".

Y luego... está Xavier, el sujeto incoherente del pasado triste y la personalidad dramática de una persona que siempre cree que es el fin del mundo.

He cumplido la sentencia que le hice después de la fiesta, quiero que se fije en mí y que me vea como algo más que una amiga, así que últimamente platicamos mucho para darnos la oportunidad de conocernos de verdad, lejos de todo este embrollo en el que nos hemos visto involucrados.

Yo me siento más atraída hacia él con cada día que pasa, y la necesidad de estar a su lado se intensifica de una forma casi dolorosa ante acciones tan sencillas como que me dedique una mirada. He pensado mucho en la razón de mi repentino enamoramiento, al principio creía que lo más llamativo es lo frágil que a veces parece, a pesar de que intenta ocultarlo. Luego consideré que, quizá, el secreto estuviera en su personalidad noble. Pero no, la verdad es que lo más atractivo de Xavier está en la intensidad del amor que es capaz de sentir.

Han pasado dos años desde el accidente que me relató, y puedo percibir, en las charlas que hemos tenido recientemente, que los sentimientos que tenía en aquel tiempo no han perdido fuerza. Su corazón sigue roto, su mente aún está enojada ante las injusticias que sufrieron y su espíritu continúa en busca de esa persona que no tiene forma de regresar.

Me asusta el hecho de que comienza a dominarme un amor igual de intenso hacia él. Le temo, pues sé que le entrego lo más fuerte que alguna vez he llegado a sentir a una persona que le obsequió su corazón a otra mujer. No puedo dejar de pensar en la posibilidad de que Xavier sólo ha permanecido a mi lado, por la esperanza de que el alma de Elena de verdad esté dentro de mi cuerpo.

Atrapada en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora