Capítulo VII

72 5 0
                                    

Y así vamos adelante,

botes que reman contra la corriente,

incesantemente arrastrados hacia el pasado.

F. Scott Fitzgerald


Capítulo VII


Me preocupé demasiado por tratar de adivinar cuál sería la reacción de Christopher al verme llegar de la nada... después de este par de años, tras aquellas discusiones que se transformaron en golpes, y que terminaron en un silencio absoluto de ambos.

No he olvidado su personalidad explosiva, recuerdo a la perfección lo testarudo que puede ser cuando cree tener la razón. Es por eso que yo no conseguía entender su comportamiento cuando me vio entrar. Esperaba al menos un comentario al respecto, lo que fuera para hacerme saber que él seguía estando molesto y que yo debía disculparme...

Para mi sorpresa, él se acercó muy tranquilo y dijo:

-¡Hey! Al fin has llegado, tómate una conmigo -la sencillez con la que Christopher me dejó entrar de nuevo a su vida, me hizo perder un poco de la inseguridad que había arrastrado hasta aquella fiesta, y pronto me sentí a mis anchas.

Sí, es cierto que prácticamente toda la música de fondo es mala y gracias a las terribles bocinas se escucha aún peor, y la mayoría de las personas ya están borrachas por lo que hacen o dicen incoherencias, pero a pesar de todo, o quizá justo por eso, me estoy divirtiendo.

Aquí está toda mi generación y al resto los conozco de vista, pero eso no evita que me miren como si fuera un espectro o un zombie. No puedo culparlos, he compartido grupo con muchos, con algunos incluso he hecho trabajos en equipo, pero lejos de los salones somos extraños. Es por eso que a lo largo de la noche mi principal diversión ha sido observar lo consternados que están de verme aquí. Ya me han preguntado de todo y conforme pasan los minutos y toman más alcohol, las preguntas se vuelven más extrañas y desinhibidas. Intento poner atención, en parte para "encajar", pero también lo hago para tratar de averiguar cuáles son los rumores que se han esparcido sobre mí a lo largo de este periodo de ausencia.

Prácticamente no me he separado de Daniel en toda la noche pues, afortunadamente, él es una de esas personas que no se atreven a abandonar a alguien en mi situación. Como ninguno de los dos ha tomado, él por ser el conductor designado y yo porque quiero estar atento, estamos demasiado conscientes y después de un rato el ambiente del lugar se vuelve tedioso, así que decidimos salir para dar una vuelta.

No duramos mucho afuera, pronto suena mi celular, una llamada de Christopher; atiendo de inmediato, esperando el reclamo impulsivo que no recibí hace rato, pero él habla con tono relajado.

-Ahí estaremos en unos minutos -respondo después de que él me pide que regresemos pronto pues Alicia (la cual supongo es la chica de cabello negro de la vez del incidente) y Kate necesitan quién las lleve a casa.

No he hablado con ellas en tres días. Me pone nervioso la idea de tener que estar cerca de Kate, todavía me siento culpable por preocuparme por alguien ya muerta cuando ella estaba en peligro. Pero lo cierto es que tarde o temprano tenemos que vernos así que...

Cuando entramos al club de nuevo, lo primero que hago es buscarla con la mirada. La encuentro en un rincón lleno de gente bailoteando, ella sonríe sin darse cuenta de que yo la observo, ha estado bebiendo, se nota en su cabello alborotado y en el rojo intenso que colorea sus mejillas.

Hay algo en ella, es extraño; no importa la ropa que use o el estado de ánimo con el que se encuentre, siempre se ve preciosa. No es que esté enamorado, ni siquiera me gusta, pero la he observado mucho a lo largo de estos días y poco a poco noto los pequeños detalles que la hacen tan llamativa. Quizá su atractivo está en la mirada retadora que suele poner a todos a su alrededor, es como si les dijera que nunca ha perdido una batalla.

Atrapada en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora