Capítulo XII

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No podría decirte qué momento,

qué lugar, qué mirada o qué palabra sirvieron de base.

Hace ya demasiado tiempo.

Lo que sí sé decirte es que para cuando me di cuenta

ya estaba metido hasta el cuello.

Jane Austen


Capítulo XII

No sé qué es lo que le ocurre, pero si sigue portándose así, juro que me voy a volver loca...

¿Seguro que estás bien?, dice la nota que le paso a Xavier durante la clase de Cálculo. Nunca he sido fanática de mantener conversaciones con papelitos en la escuela, pero esto es lo más cerca que he estado de interactuar con él durante los últimos cuatro días.

Después de haberlo encontrado el viernes en la noche, cuando terminó mi cita con Chris, no he vuelto a hablar con él. Durante el fin de semana juró que tenía un proyecto muy importante que hacer para su clase de Física. Y el lunes y martes, básicamente me evitó todo el día, en cuanto llegaba el final de las clases que compartimos, él salía prácticamente corriendo del salón.

Claro, es su seca respuesta antes de voltear y mirar fijamente el pizarrón durante el resto de la hora, tan rígido que por un momento dudo si está respirando.

-¡Xavier! -me apresuro a ir detrás de él en cuanto salimos del salón.

-Lo lamento, Kate. Este no es un buen momento, debo llegar rápido a mi siguiente clase -responde acelerado y parece que echará a correr en cualquier instante.

-Pero ésta es nuestra hora libre -digo empezando a molestarme y con la voz cargada de escepticismo. Con esas palabras, Xavier se queda parado en su sitio, la cara muy seria y concentrada mientras busca otra posible excusa.

-¡Ahora mismo dime qué demonios ocurre, Xavier! -casi grito mientras pierdo la paciencia.

-¡Agh! -gruñe como un demente antes de dar media vuelta y echar a andar en la dirección contraria. Está muy equivocado al pensar que con eso me va a impresionar. Sin decir palabra lo sigo en su marcha, si es necesario convertirme en su sombra para que por fin hable, bien por mí.

-¡Ya basta, Kate! -me enfrenta cuando llegamos cerca de las cancha de tenis, su tono está lleno de frustración-. No estoy de humor en este momento, ¿sí?

-Pues es una verdadera lástima, pero en este momento me explicas qué chingados pasa, porque ya me cansé de esta actitud tuya.

-Si tanto te canso, entonces ve a buscar a Chris. Ya has hecho muy buenas migas con él, ¿no?

-¡¿Y qué vela tiene él en este entierro?! -exclamo frustrada, ya no entiendo una mierda.

-Nada, que si tan harta te tengo, eres libre de correr hacia él. De todos modos, últimamente ustedes dos andan muy cariñositos.

Sus palabras me dejan clavada en el suelo, completamente sorprendida. Sinceramente no logro comprender qué es lo que le molesta; es verdad que Chris y yo hemos formado una amistad más sólida después de la "cita" que tuvimos, ¿pero y eso qué? No es nada raro, él es un chico divertido, inteligente y cruelmente honesto, es lógico que sea fácil para mí ser su amiga, ¿qué problema hay con eso?

-¿A qué te refieres? -pregunto confundida.

-Mira, yo los he visto, ¿sí? Todo el día platican, dándose abrazos y comparten sonrisitas. Por mí está bien, pero al menos te hubieras tomado la molestia de haberme avisado que tenías un nuevo novio.

Atrapada en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora