40. Torna a casa - Maneskin.

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—Hijo de perra —Se escuchó mascullar a Annia. 

La rubia había visto el camión acercándose y había calculado a que distancia saltar para que este frenase su caída. Nunca creyó que Negan saltaría tras ella. 

—Mi codo, mi codo —Negan se acomodó y observó sobre que habían caído—. ¿Morimos?

—No seas bruto —Le pidió Annia—. Si estuviésemos muerto, no habrían caminantes. 

—Tal vez estamos en el infierno. 

—No estamos muertos —Annia se puso de pie y observó la situación—. Pero tal vez desearíamos estarlo. Ven a mirar esto. 

—Tus amigos son unos idiotas —Dijo Negan, comprendiendo lo que había ocurrido. 

Un camión había chocado contra las puertas del Santuario, justo cuando ellos caían. El camión no solo había frenado la caída de ellos impidiendo que se estrellaran contra el suelo y muriesen, sino que se había adentrado en el Santuario con ellos arriba del acoplado. Los caminantes habían comenzado a adentrarse en el edificio. 

—Vamos, no hay tiempo —Le dijo Annia a Negan—. Y si sigues con esa mierda de morirte, te cachetearé hasta la muerte —Le advirtió.

—No fui yo quien saltó —Replicó Negan detrás. 

—Sin embargo, aquí estas —Annia saltó desde el acoplado hasta una de las pasarelas que conectaban con las escaleras para ir de la parte inferior del edificio a la superior. Negan saltó tras ella y ambos corrieron para reunirse con el resto del grupo. 

—Quiero que todos consigan un arma, preparen filas de dos sobre las escaleras y hagan una barricada con los cuerpos de los caminantes muertos —Les ordenó Annia, tomando el control—. Laura, tu quedas a cargo de un grupo, Dwight, tu del otro. ¡Eugene!

—¿Qué?

—¡Sal de mi vista! 

Todos se pusieron manos a la obra de inmediato. 

—Los trabajadores, hay que sacar a los trabajadores —Le dijo Negan a Annia—. No saben luchar, nunca tuvieron que aprender a hacerlo. Si no los sacamos de aquí morirán y no puedo permitir eso. 

—No te preocupes, tengo un plan —Dijo Annia—. Tú encárgate de tus simios con ametralladoras —Agregó, señalando con la cabeza a los Salvadores. 

Annia volteó y tomó a Eugene de la oreja mientras lo alejaba para explicarle lo que harían a continuación. Annia le explicó todo detalladamente. 

—Si llegas a abrir la boca sobre esto, te mutilaré —Le advirtió la rubia.

—¿Por qué no se me ocurrió nada de eso a mi? —Preguntó Eugene. 

—Tendrás tiempo para superarme en el futuro, no te preocupes. ¿Entendiste el plan? —Eugene asintió—. ¿Puedo confiar en ti? —El volvió a asentir. 

—¿Eres consciente de que Rick acabará con Negan, verdad? Tu... pareciera que lo aprecias. 

—Lo hago. 

—Lo matarán. 

—El lo sabe. Yo no pondré en duda a Rick si eso es lo que decide hacer. Pero... si le haré saber que Negan, se arrepiente. No creo que sirva, no creo que le importe.

Todos se pusieron manos a la obra. Con la seguridad de que Eugene fabricaría balas, los Salvadores usaron casi hasta la última munición para eliminar a los caminantes y poder finalmente dejar el edificio. Annia no quería ni imaginar como estaría Rick ahora, no quería ni imaginarse el enojo que debería sentir. El camión dentro de el Santuario, haciendo que los caminantes entrasen, no era parte del plan. Alguien le había fallado. Habían actuado por su cuenta y arruinado todo. Si tan solo hubiesen esperado un poco más... a los Salvadores no les habría quedado otra opción que rendirse. 

Ghost of you /Daryl Dixon/ TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora