8 - Amor

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"Didian, descontrol de mis impulsos, cura de mis tormentos. Pecado mío, adicción mía.
A-mor: labios que se separan en una vocal para luego juntarse en una O, preciosa palabra, descripción de lo nuestro.
Era amor, sencillamente amor, por aquel de un metro cuarenta y seis, siempre con el cabello metafórico de olas de mar, con la sonrisa tierna y largas pestañas. Era Didian al nombrarse. Era el pequeño niño al besarme. Di-Di-an, era Didi al apodarse pero en mis brazos y en la palma de mis manos siempre fue mío, tan mío desde el primer instante. La razón de mi existencia, la luz, la perdición. Mi amor."

Esos ojos grandes mirándome con una intensidad que no había presenciado en alguien más antes, las pestañas que adornan sus párpados son largas, caen sobre su mirada dándole un aspecto dulce, tierno y hasta inocente. La incertidumbre de su acción me deja con la boca abierta y el nota eso, su mirada sobre mis labios se sienten a tacto, los nervios comienzan a subir nuevamente, lo había estado deseando, no pensé que los sueños se hicieran realidad o si realmente estaba en uno pero era maravilloso el comienzo de este.

Mi cuerpo solo reacciona, trago saliva antes de poder decir cualquier cosa, no es normal que el niño estuviera haciendo eso, ni siquiera nos habíamos abrazado antes, omitiendo el pequeño beso de aquella vez.

- ¿Que es lo que estás haciendo?

Las palabras salieron en un momento de conciencia, estaba escribiendo una escusa en el guión para cuando llegue el momento de arrepentirme, al menos puse una traba a lo que estaba por suceder, así me podría redimir de mis actos más fácilmente sin sentir tanta culpa.

- Obedezco, estoy haciendo lo que había dicho que haga... Estoy siendo obediente. Dijo que tendría que estar aquí todas las noches... Aquí estoy...

En el poco tiempo que el niño hablo, sentí su aliento rozar mi piel, un cosquilleo que estaba terminando con mi paciencia pero era más la curiosidad detrás de sus palabras, no entendía que quería decir con aquello, no recuerdo haberle dicho algo por el estilo pero si suena a mi, si suena a mis deseos y el tono de voz del Omega no sonaba a mentira, quizás había hecho algo cuando estaba borracho. Pero, ¿Para que cuestionarse de más? Ya lo tenía como quería y el momento es solo uno. Hay cosas que no se tienen que desaprovechar, sería un pecado hacerlo, y ya tenía el plato servido.

- Lo había olvidado....

Por cada palabra dicha en esa oración, la distancia se iba acortando, tanto que ahora podía sentir su nariz rozar con la mía, un pequeño toque que terminó con un beso callando cualquier pensamiento de mi mente, era como quedarse en blanco y solo sentir el placer de sus labios suaves y pomposos rehusarse a los míos pero dejándose influenciar en cada roce de estos. Note fácilmente como no tenía experiencia, apenas abría la boca, no podía hacer algo más.

Por un momento me aleje del paraíso, acaricie su rostro hasta dejar el pulgar sobre su labio inferior, presionando hacia abajo entre estos, obligándolo a abrir la boca un poco más. Con el camino libre nuevamente pude volver a sus labios, ahora con más libertad para poder usar la lengua.
En medio de aquel beso mire al niño, con una expresión nueva, apretando los ojos con fuerza y sus mejillas llenándose de un tono rojizo, su respiración era agitada, tal vez estaba llendo muy rudo, eso solo provocó que apretara su cuerpo contra el mío. La calidez de su piel era tentadora, el tacto también lo era, aún más porque podía sentirlo tan cerca. El niño era delgado para su edad pero aún así sentía la carnosidad de sus muslos y de sus curvas encajando perfectamente sobre mi pelvis.

El comienzo de este sueño fue agradable, cada minuto transcurrido era una delicia, cada pequeño tacto y roce tentaba a mis adentro, aquel paraíso se estaba convirtiendo en una tortura carnal. La desesperación se mezclaba con la ansiedad, sentía la necesidad de tenerlo aún más cerca, de algo más. Quizás fui demasiado brusco porque escuché quejidos saliendo de la boca del niño para mezclárse conmigo, fue en ese momento dónde reaccione dejando sus labios libres.
Podía ver su boca húmeda y rojiza al igual que su rostro que lucía lloroso, aquella vista me dió un dejavú.

Antes de poder volver a reaccionar, el niño se quitó de encima suavemente, me dió las buenas noches y salio como si nada, tan solo con la mirada baja y con la misma expresión sonrojada.
Con el sonar de la puerta al cerrarse volví en mi, volví a relamer mis labios probando lo que había quedado de aquel beso, había Sido tan bueno, parecía un sueño pero está vez estaba despierto.

Era hora de dormir pero no podía dejar de pensar en ello, en como le había dicho aquello al niño y el lo había hecho sin poner un pero. Si, comenzaba a recordar la noche anterior y mis errores de esta, pero en ese momento no se sintió como un error. Es como si no fuera yo, como si mi moral fuera aplastada por sus encantos y como si me cambiara de máscara a una que no le importa lo que le estaba haciendo al niño y me auto convencía de que solo era un Omega, ni siquiera eso, un atavio, un objeto, una cosa. ¿Cómo es que el resto del mundo podía verlos de esa manera? Olvidaba por completo el hecho de que era uno de ellos cuando lo veía sonreír por pequeñeces, cuando lo veía admirar a la gente por la venta con esos ojos brillosos, el como disfrutaba de cada comida, el como jugaba o se admiraba por cosas simples en la tv, el se veía muy humano para mí, por eso que la culpa seguía carcomiendome muy dentro pero en el momento en el que el cruza la puerta de mi habitación, en el momento en el que lo veo subirse a mi cama y luego sobre mi, en ese momento me olvidó de todo y me pongo la máscara, no pienso en nada y lo hago, me siento drogado y está adicción se está volviendo peligrosa, siento que nada mas importa que ese único momento en la noche, es lo único en lo que pienso y el resto del día es solo relleno en mi vida, el trabajo que tanto detesto se vuelve aún más molesto. El momento en el que llegó a casa es el único momento que tiene sentido en mi vida, el único momento en el que me siento vivo, aquel pequeño ser me hace sentir vivo cuando me besa, había olvidado lo que se sentía estar vivo, mi existencia ya no se siente tan pesada. ¿Cómo podría decirle no a esto?

No recuerdo haber estado enamorado antes pero si el amor se tenía que sentir de alguna manera, era está, era exactamente el como me hacía sentir él y por primera vez no tenía miedo de aferrarme a alguien porque se con seguridad que el no se irá de mi lado, que lo tendré siempre para mí. Aquel niño es lo único que tengo ahora y para mí suerte, yo soy lo único que el tiene. No importa nadie más, siento que el resto dejo de tener importancia, paso a segundo plano porque está dulce droga que no debí probar me causo una adicción que pienso seguir alimentando con más. No hay nada más que hacer, el vino aquí para ser mío y nada más.

Ilusión | Yaoi Omegaverse [En Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora