El niño tuvo que irse de su lado, lo hizo por unos cuantos días mientras hacían los estudios correspondientes a su salud física. Fue duro el despegarse, la ausencia fue pesada, cada segundo lo fue. Tuvo una pequeña probada de la soledad que hace tanto no experimentaba, incluso el conciliar el sueño fue todo un fastidio, el hambre ni siquiera fue una de sus preocupaciones y el tiempo en el trabajo resultaba más largo. Contaba los minutos, las horas y los días hasta que por fin lo tuvo de regreso en casa, volvía a sentirse vivo, podía respirar después aguantar el oxígeno.
- Vine a dejar al Atavío personalmente porque quería darle yo mismo los resultados. Me parece extraño... Más que eso, es una situación curiosa. No había visto esto antes. -. Era el doctor quien hablaba, extendía los resultados de los exámenes al alfa.
- ¿Que es lo que quiere decir?
- Debe de saber ya las generalidades de los Atavío. El estar expuesto directamente a las feromonas de alfa antes de que su sistema estuviera completamente desarrollado, le provocó el celo a destiempo. Eso no es lo destacable por ahora. Según los estudios el celo le debía de llegar en unos dos o tres años más, es aún más inusual porque su celo ya era tardado a los 13. Viendo eso, le realice análisis más detallados... - El semblante del doctor paso de profesional a emocionarse por sus propias palabras ante tal descubrimiento -. Sus genes de Híbrido animal son muy bajos a comparación de los de Omega, eso le haría propenso a nacer con la anomalia genética, a este punto ya estaría en sus últimos años de vida pero el Atavío no tiene rastro de la enfermedad. Eso quiere decir que hay posibilidades de que su descendencia sea un Omega con resistencia al virus. ¡Los omegas podrían volver a nacer! - Esa era una buena noticia para la humanidad pero el alfa no lo veía de esa forma, significaría peligro para Didian. Habían tantas cosas que cuestionarse antes.
- Pero no sé puede tener hijos con un Atavío, si lo hago se llevarían al bebé y en el peor de los casos a él también.
- Esa es la razón por la que lo hacen, existía esa suposición, además no sería usted quien lo haga. El Atavío volverá al centro de producción, pasará a ser propiedad del Estado y lo que sucederá después ya debe de imaginarlo. Es por eso que estoy aquí.
Cada palabra que salía de la boca del doctor se convertía en miedo. La ráfaga de pensamientos e imaginación le tenian inmóvil. Si no hubiera tenido sexo con el, no habría pasado todo eso, no estaría peligrando el mantenerlo a su lado y si solo unos cuantos días fueron una tortura, no se imaginaba una vida sin Didian. El miedo que sentia se convirtió en Rabia hacia aquel que tenía en frente, incluso pensó en la posibilidad de matarlo y huir muy lejos con el niño. No le importaba hacer cualquier cosa con tal de mantenerlo a su lado, nada tendría sentido sin el. - No voy a dejar que se lo lleve, ¡Es mío! - En sus ojos se veía de lo que sería capaz, estaba a nada de cometer un crimen cuando fue parado por las palabras del doctor.
- Propongo un trato. Si lo único que le importa es el Atavío entonces no tendrá problema en entregarme la primera descendencia suya. Es sencillo, el alfa que lo desestabilizó tiene que volverlo estable nuevamente, cuando eso suceda su cuerpo estará listo para concebir. Cuando el neonato Nazca tendrán que olvidarse de el. El centro no lo sabe y no lo sabrá, yo me encargare de eso. Solo quiero al bebé para estudiarlo, el feto podría ser el primer Omega en nacer en décadas.
Volvía a sus opciones el tener que asesinarlo pero ocultar un homicidio no sería tan fácil. La prioridad era mantenerse junto a su niño por toda la vida, es lo único que importa.
- Es un pequeño sacrificio. Al contrario si hablo, se lo llevarán y no volverá a saber del Atavío jamás. -. Lo último que escucho fue suficiente para que tomara una decisión, le haría caso a su prioridad.
- ¿Que me asegura que mantendrá el acuerdo?
- Solo le queda confiar, es la mejor opción.
- Necesito algo que me asegure que no lo alejaran de mi la... - El pequeño salió de la habitación para encender la TV de la sala y se sentó en el sofá de esta. Por un momento pensó que había escuchado la conversación pero su carita tranquila mientras veía la pantalla confirmo que no, justo a tiempo.
- Supongo que es todo, tengo que irme. Cómo último le dejo medicamento para controlar el desequilibrio hormonal pero es mejor que este con un alfa, en poco estará mejor.
- Aún no hemos terminado.
- No creo que sea lo mejor hablar ahora, le dejaré mi numero. -. Le extendió una tarjeta blanca con información de contacto en ella. Tenía razón, no era lugar para hablar, no frente a Didian. Sentía que sería difícil para el saber aquello y tener que hacerlo, era mejor guardar el secreto hasta que el momento llegue, debía protegerlo de un destino cruel.
Llevo al doctor hasta la puerta y al cerrarla vio la tarjeta, ambos no se habían presentado pero al menos sabía que ese medico se llamaba Damián.
Antes de regresar a la sala tomo inhaló profundo para calmarse y exhaló soltando la preocupación por lo menos un poco. Deseaba disfrutar de su pequeño ahora que lo tenía de vuelta.- ¿Cómo se llama la película? ¿Está entretenida? -. Tomo asiendo junto a Didian, sostuvo de su cintura para acercarlo acortando la distancia, excusa para sentir el calor de su cuerpo.
- Lo está, me gusta... -. El Omega extendía los brazos entre el cuerpo del alfa para abrazarlo y recostarse sutilmente. Amaba el aroma de su ropa y el tenerlo cerca mientras revolvía su cabello, amaba tanto eso.
- ¿Cómo fué allí? ¿Tuviste miedo de las agujas? -. Quizás ese ambiente de estudios era algo a lo que estaba familiarizado el pequeño pero no le gustaba la idea de que estuviera metido en eso. Quería darle una vida normal dentro de lo que cabía.
- Un poquito... Pero me siento mejor ahora, el doctor es muy bueno. Me regaló galletas todos los días. -. En vez de sentirse aliviado, los celos injustificados le pusieron tenso. Era normal que no deseara a nadie cerca de su pequeño, menos ahora.
- Yo también puedo darte galletas todos los días, incluso todo lo que pidas mi amor. Sabes que te amo demasiado, ¿No? -. Se lo había dicho ya un par de veces antes, cada una de ellas mientras se adueñaba de su cuerpo, está era la primera vez que se lo decía sin tener las manos sobre su piel desnuda.
El Omega se puso nervioso, más que eso estaba tímido por lo escuchado. Escondió el rostro entre la ropa del alfa y asintió a su pregunta. Se quedó de esa manera por unos minutos hasta que tomo el valor para ver a los ojos del alfa y cuando por fin lo logró nuevamente bajo la vista y ahora su rostro estaba sonrojado, que difícil es enfrentarse a tal palabra pero que gratificante escucharla. Tomando valor por segunda vez, le dió un pequeño beso en la mejilla, fue suficiente para que aquel hombre le diera otro significado al acto sin segunda intención del pequeño, quien solo quería expresar cariño. Fue cuestión de segundos para que le robara un beso en los labios al Omega, tan suave y dulce. Estaba grabando en su memoria el como sabían los labios y la textura de estos mientras se besaban,
- Mi pequeño... -. Fue más imperceptible que un susurro. Apretaba el cuerpo del Omega contra el suyo a la vez que reposaba el rostro sobre su cuello. Respiraba su aroma con los ojos cerrados, deseaba tanto que el tiempo se detuviera ahí, que las preocupaciones del futuro no existieran, que fuera así para siempre, con el pequeño omega en sus brazos amandole cómo el lo hacia. Ese es el verdadero y gratificante sentimiento de amor.
ESTÁS LEYENDO
Ilusión | Yaoi Omegaverse [En Corrección]
No FicciónDespués de que los omegas comenzarán a enfermar y morir, la necesidad de estos para los alfas conllevó a que se crearán los Atavío, "el falso omega". El objeto viviente de la sociedad. . . . Triggers | Referencia a la novela "Lolita" Contenido +18. ...