13 - Calma

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El mundo parecía haberse extendido un poco más después de la llegada de ella, hablaba sobre cosas nuevas para su pequeño mundo, cosa tan simples o banales que no se había planteado antes, como el porque el cielo era azul y la respuesta era el agua pero no entendía, no veia algo parecido a agua allí afuera como para reflejar, era complicado pero se mantenía entretenido cada que ella venía, lo cual era seguido.
Tenía una forma de tocar la puerta muy particular y cuando lo hacía sabía al instante quien era, salía corriendo a la puerta y apenas se saludaban ya estaba con varios dulces en las manos. Ella era realmente agradable, le gustaba el como acariciaba su cabello cuando hacía algo bien o cada vez que dibujaba lo elogiaba como si fuera lo mejor del mundo.

En tan poco tiempo ella se había convertido en alguien especial y eso le molestaba al alfa, no quería compartir el tiempo que tenía con su omega y no confiaba en su hermana, nunca la había visto ser tan paciente o delicada con alguien más y el niño se dejaba encantar fácilmente.
Todo comenzó cuando ella vio al niño por primera vez. Daniela solo quería ver a el estúpido de su hermano y saber porque había desaparecido, el porque ya no iba al trabajo y también estaba preocupada de que hiciera alguna tontería como lo ah hecho antes pero no, en cambio se encontro con el niño más lindo que había visto.

— ¿Desde cuándo? ¿Porque no me dijiste? —. Se mantuvo el silencio sin respuesta, no le gustaba tener que dar explicaciones de lo que hacía con su vida.

— Al menos debería ocuparte de tus responsabilidades, ¿Has pensado en como lo vas a mantener si no trabajas? Apenas puedes contigo mismo.

— Es complicado... No lo quiero dejar solo y no tengo ganas de salir de casa. —. Entendía el porque, ella estuviera igual.

— Acabo de tomarme unos meses libres, puedo cuidarlo por ti si eso te preocupa.

— De ninguna manera. —. La posesividad que tenía hacía el niño era grave, aún si era su hermana no podría dejarlo con ella y aún más siendo también una alfa.

— El atavío no es una mascota a la que puedes dejar sola todo el día y todos los días, ni siquiera a un gato o un perro. Piénsalo bien, así podrás ir a trabajar con más calma. Estas a punto de perder tu empleo, no es algo que te conviene. -. Escuchar esas palabras salir de su boca son cosas que nunca pensó escuchar, ella solía ser muy despectiva cuando se trataba de los Atavío, una alfa más pero era cierto, no podría seguir en el paraíso sin el suficiente dinero para mantenerlo.

— Solo unas semanas... Solo hasta arreglar los problemas en mi trabajo o hasta que me gane la lotería. . Suspiro rendido, había aceptado pero actualmente estaba pagando el precio por ello, los celos lo invadían pero la responsabilidades era algo que no podía dejar de lado y al llegar de casa solo escuchaba al niño hablar de la alfa como si fuera lo mejor del mundo, el como era tan inteligente y genial, el como habían preparado un pastel delicioso para su cumpleaños y lo mucho que le había encantado su regalo, un peluche de gatito similar a el. Los celos aumentaban porque por culpa del maldito trabajo no pudo estar con él hasta la noche y al llegar a casa el niño ya estaba dormido, lo había visto tan poco en los últimos días.

Llegó el sábado, día descanso y pensaba celebrar ese día junto al omega ya que no lo había podido hacer correctamente antes. Se levantó temprano y preparo panqueques con fruta y crema, también dejo un par de regalos sobre la mesa. Cuando estuvo todo listo fue a la habitación del niño y lo encontró durmiendo con aquel peluche de gatito que le regaló su hermana y sintió el arder de los celos pero los olvidó al momento que lo vio despertarse, esa mirada adormilada junto a las largas pestañas era encantadora.

— Buenos días mi amor. ¿Tuviste un lindo sueño? Ven... Tengo una sorpresa para ti. —. El pequeño sostenía su mano mientras caminaban a la sala, al llegar se encontró con una decoración muy linda, un pastel, desayuno y regalos. Fue ese el momento exacto en que se sintió amado y la calidez de este sentimiento recorría su pecho, por un momento sintió el impulso de llorar porque no había experimentado algo así antes, era la primera vez que alguien celebrará su cumpleaños, su nacimiento, su existencia.

— Feliz 13 vueltas al sol, cariño. —. Recibir un abrazo y un beso por parte de el resultaba ser lo mejor del mundo, había una gratificante emoción en cada toque que le daba. Al momento de apagar las velas por segunda vez, pidió el mismo deseo que la primera, quedarse así por siempre, que nunca le dejara de amar y que conociera a más personas que le hicieran sentir así de bonito, así de cálido, en conclusión deseaba la felicidad infinita pero todo es efímero en la vida.

Al abrir el primero regalo se encontró con lazo rojo, era una especie de collar de seda muy suave y queda perfecto sobre su piel, le hacía sentir lindo. El segundo regalo era un celular, estaba lleno de juegos pero nada más. Todo era tan lindo pero había esperado tener un gatito, aún así, la felicidad era muy grande en el momento como para sentirse mal al respecto, además, el "Te amo" que le dedico el alfa superó todos los regalos, se sentía tan afortunado.

El día estaba llegando a su fin pero no sin antes tener ese momento romántico donde los besos y las caricias son protagonistas. Todas las sensaciones eran tan estimulantes, mucho más al ser las primeras después de un largo tiempo, el alfa estaba bastante ocupado y no le dedicaba mucho tiempo últimamente así que estaba disfrutando bastante del momento y poco a poco, todo lo que comenzó tan suave y dulce, iba subiendo de nivel, tanto que ya su cuerpo estaba temblando como la última vez lo estuvo, pero ahora se sentía diferente, todo era más intenso, hasta los toques eran más bruscos y con desesperación en ellos, tenía pequeñas marcas de dedos sobre sus piernas y muslos, estaba un poquito asustado por la intensidad del momento, le gustaba pero aún era extraño pero era más grande la excitación como para decir algo y detenerlo, además, no había porque tener miedo, era su Daddy de quién se trataba, no podría hacerle ningún daño y ese pensamiento volvía a calmarlo.
La confianza se la había ganado, ese era el fruto de ir paso a paso, lento y con cuidado, el alfa ahora tenía al niño en sus manos sin tener que apretar demasiado.

Ilusión | Yaoi Omegaverse [En Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora